“¡First Thing, viejo nomá!”, gritaba un hombre luego de que el caballo número tres, montado por el uruguayo Pablo Rodríguez, ganara ayer el Gran Premio Ramírez en el Hipódromo de Maroñas. La carrera se hizo esperar. Si bien la largada estaba prevista para las 20.30, no comenzó hasta las 20.50. Una de las razones de la demora fue el desmayo del eterno Pablo Falero (52 años). El incidente sucedió mientras la orquesta interpretaba el himno después de la presentación de los jinetes. Más tarde, antes de que sonara la campana de largada, por los altavoces informaron que el famoso jockey estaba bien, pero había sufrido contusiones.

Hipódromo de Maroñas.

Hipódromo de Maroñas.

Foto: Alessandro Maradei

No fue una sorpresa que alguien perdiera el conocimiento ayer en el hipódromo. Durante toda la tarde el calor no aflojó. A las 19.00 el agua ya se había agotado en varios de los puestos con precios más económicos. Recién después de que bajara el sol la brisa empezó a correr y dio algo de alivio a las miles de personas presentes. Un reconocimiento se deben llevar quienes animaron a los más chicos, porque con los disfraces de rey mago o de Stormtrooper debería de ser muy difícil respirar.

Hipódromo de Maroñas.

Hipódromo de Maroñas.

Foto: Alessandro Maradei

Históricamente, esta es una cita a la que asisten personalidades de la política uruguaya: los precandidatos Jorge Larrañaga (Partido Nacional, PN) y José Amorín Batlle (Partido Colorado) no faltaron al encuentro; también asistieron el senador Luis Alberto Heber (PN), el viceministro de Economía y Finanzas, Pablo Ferreri, el fiscal Juan Gómez y el diputado del PN Pablo Abdala.

En conversación con distintos medios, Larrañaga dijo que no apuesta, pero aseguró que nació dentro de un stud: “Mi padre fue presidente fundador de San Félix [hipódromo] de Paysandú. No hay que olvidar que del turf viven más de 50.000 personas de todo el país. Eso importa, en tanto esfuerzo, lucha y representación de un trabajo y de lo que significa el animal en una contienda”.

Hipódromo de Maroñas.

Hipódromo de Maroñas.

Foto: Alessandro Maradei

Instalado en una de las salas VIP, Amorín Batlle, senador de la República y criador de caballos, aseguró a la diaria que, para disfrutar el gran premio, hay que apostar poco, no más de 200 pesos. “Cuando uno juega, ve la carrera con entusiasmo. Lo que no podes hacer es irte amargado por haber perdido plata. Es un entretenimiento”, afirmó. Sobre la crianza de estos animales, dijo que, en general, se trata de un hobby, ya que un caballo de carrera sale entre 8.000 y 9.000 dólares, la manutención requiere entre 12.000 y 15.000 pesos, y se gana dinero si el caballo gana. Para Amorín estas carreras sí son un deporte: “El propietario, el que lo cuida y los peones adoran al caballo. Es una actividad que da muchísimo empleo en Uruguay, donde el principal actor es el animal”.

El fiscal Gómez tiene el hábito de ir a Maroñas el 6 de enero como una cábala para arrancar bien el año, aunque no tiene la costumbre de ir otros días del año. Ayer apostó algo en todas las carreras y, por lo que la diaria pudo comprobar, tuvo suerte en por lo menos una.

Hipódromo de Maroñas.

Hipódromo de Maroñas.

Foto: Alessandro Maradei

Para Abdala, se trata de “una fiesta para el país”. También dijo que es un ambiente en el que se puede tener algunas conversaciones políticas informales con otros dirigentes, aunque no es el ambiente ideal: “Los políticos que son burreros están concentrados en los caballos; no les gusta mucho hablar de política en estas situaciones”.