En diversas declaraciones, el diputado Gonzalo Civila, connotado dirigente de la ortodoxia socialista, ha afirmado, como su partido, que Vivian Trías tenía vínculos con la diplomacia checoslovaca, no con su servicio de inteligencia (la StB), y que solamente hacía informes como se hacen comúnmente para cualquier ONG. Develado el misterio, entonces, deseamos aportar noticias acerca de la singular modalidad diplomática del relacionamiento de Vivian Trías.

El vínculo extraño

Si usted piensa que las relaciones con los diplomáticos checoslovacos se hacían en cócteles, cenas o reuniones en la embajada, se equivoca. La extravagante diplomacia de Praga le alquiló apartamentos al teórico del socialismo uruguayo, a los que llamaron “casas de conspiración”, cosa que hace cualquier embajador. Trías los utilizaría para reunirse con los “diplomáticos”, como oficinas y como su dirección en Montevideo para que le enviaran el correo, especialmente las publicaciones en que basaba sus trabajos.1

Fueron tres las casas entre 1966 y 1976 y siempre estuvieron en Ciudad Vieja, el barrio más antiguo y con mayor dinámica de la capital. La primera fue en la calle Buenos Aires 519, la segunda en la calle Treinta y Tres 1483 y la última en 25 de Mayo 477, escritorio 25, casi Misiones. Seguramente el viejo barrio montevideano, con su concentración de oficinas, centro financiero y comercial, era un lugar adecuado para pasar desapercibido en medio de la vorágine de su vida agitada. Nadie prestaría mucha atención; la oficina alquilada para el agente Ríos sería una más entre miles, y tampoco llamaría la atención encontrarse con un hombre tan conocido como Vivian Trías en sus calles. Un lugar más apartado, o tranquilo, hubiera llamado la atención.

Las “casas de conspiración” necesitaron de una “leyenda”. En la oficina siempre tenía que haber libros de Trías, y en caso de que alguien llegara o se diera una irrupción no querida mientras hacía contacto con Checoslovaquia, se acordó que la razón de la reunión era que el “diplomático” checoslovaco era admirador de los escritos del uruguayo, sobre todo de Economía y política en el Uruguay contemporáneo.2 Desde entonces, dirían como excusa que se encontraban en el local o en el restaurante El Águila para hablar de la situación uruguaya y latinoamericana.3 Como cualquier diplomático en el mundo que se reúne con usted, tiene que inventar una leyenda para explicar la razón del encuentro.

Es más, esa extraña diplomacia ponía nombres a sus contactos y cuando se reunían a charlar, les pagaba. El agente Ríos recibió como primer salario 150 dólares.4 Trías debía firmar, con seudónimo, un recibo por cada entrega, lo que no le cayó muy bien. Eligió llamarse Félix López.5 La StB, perdón, debí decir la diplomacia checa, buscaba con la firma comprometerlo más con el servicio de inteligencia,6 dicen las malas lenguas y unos documentos.

Lo más llamativo es que cuando Trías se reunía con algún “diplomático” checo que no conocía, la primera vez tenía que hacer una extraña ceremonia; cosas del protocolo, seguramente. El alias Félix López era utilizado para contactarse en la calle con nuevos oficiales, directores o miembros especiales de la StB en Montevideo. Ríos debía ir al encuentro con el semanario Marcha en su mano izquierda, mostrando el título. El “diplomático” de la StB le preguntaría a Trías: “¿Es usted el doctor Félix López?”, a lo que Trías respondería: “No soy doctor, soy profesor”.7

La sofisticación de los contactos aumentó conforme la represión del gobierno de Pacheco Areco fue cada vez mayor sobre la izquierda y el movimiento popular. En setiembre de 1970 cambiaron las señales –perdón, la ceremonia– para las conexiones en las oficinas: 20 minutos antes del encuentro Ríos debía caminar por la calle Andes hacia la avenida 18 de Julio hasta el pasaje del Palacio Salvo y llevar una carpeta; si la tenía en la mano izquierda significaba que no había problemas, si usaba la derecha había dificultades. El agente de la StB observaría a Ríos desde la entrada del hotel Crillón.8 ¿Quién no ha hecho algo así para reunirse con un diplomático?

En noviembre de 1971 ajustaron la modalidad. Si por alguna razón se cortaba el vínculo o el agente Ríos tenía necesidad de contactar a sus jefes, perdón, a los diplomáticos amigos, se acordó un procedimiento sencillo y práctico: en vez de llamar por teléfono a la embajada, en la columna de la luz pública de Andes y la rambla Gran Bretaña Trías pegaría, en la noche, un trozo de cinta autoadhesiva negra. Todos los días a las 9.00 integrantes de la StB pasarían por el lugar; en caso de ver la señal, irían a la “casa de conspiración” dos días después. Habían acordado que las reuniones eran a las 12.40, con una tolerancia de diez minutos,9 lo que es absolutamente común en una relación diplomática...

Hacia 1973 entrenaron a Trías en técnicas de criptoescritura en Chile.10 ¿Quién no es entrenado en estos menesteres cuando visita cualquier consulado? Luego podría aplicar sus conocimientos enviando recados utilizando revistas en las que dejaría mensajes a partir de determinadas páginas. Parecería que su habilidad para la escritura secreta era buena, salvo algunos errores.11 En Montevideo, para el envío de criptomensajes se hacía comprar las revistas Noticias, Todo Mujer y Búsqueda, por ser su diagramación adecuada para enviar mensajes secretos.12

Vivian Trías debió armar una red de espionaje o algo similar que cubriera información, campañas contra Estados Unidos, contrainteligencia militar y contraespionaje, como cualquier persona que tiene vínculos simplemente diplomáticos.

Poco después el plan fue más audaz: pretendieron conseguir información del personal civil de la embajada de Estados Unidos. La idea era utilizar a la militancia del Partido Socialista (PS), cosa en la que Ríos estuvo de acuerdo, por primera vez sin ningún tipo de prevención.13

La propuesta fue considerada en Praga, pero advirtieron que debía ser muy bien pensada y ejecutada. Desde la central puntualizaron que se debía elaborar una muy buena “leyenda” para su realización.14 El planteo era el siguiente: una serie de “vendedores” ofrecerían libros de temas que generaran un diálogo político, y de esa forma le sacarían información al personal civil de la embajada del “enemigo principal”. Esos serían dos grupos; luego habría un tercero, compuesto por Carlos Real de Azúa y Guillermo Chifflet, que procesaría la información recabada. El cuarto grupo tendría la misma tarea y debía seleccionar a las personas adecuadas para la misión. Solamente Trías sabía la verdad, todos los demás creían que estaban trabajando para el PS. El oficial a cargo en Montevideo veía en la operación una señal de que era posible contar con personal para trabajar en el futuro bajo “falsa bandera”; el objetivo de construir una red era el norte de la central.15 Así, fueron seleccionados como “vendedores”, en base al archivo manejado por Fernando Rodríguez, José Cuneo, Alberto Ortiz, Carlos Maidana, Uruguay N Marino, Alberto López, Luis Eduardo Duarte, Arnaldo Gomensoro, Antonio Di Caterina, Jorge Vignoles y Roberto Lamela.16

No sabemos si la propuesta se concretó; fue solamente una de las actividades de infiltración detectada, hay otras interesantes que tuvieron buen resultado que contaremos en su momento. Sí tuvieron éxito en infiltrar a una persona en la embajada, que logró listados de personal especial. Praga estaba exultante. Los vínculos “diplomáticos” funcionaban más que bien.17

Pero sin considerar la realización del espionaje, es importante volver a subrayar que aquel partido ilegal –aunque en una ilegalidad meramente formal– había sido manipulado por su líder más respetado, Vivian Trías, para realizar actividades para la StB, y que, en 1968, año icónico de la historia uruguaya y mundial, el agente Ríos dispuso enteramente de su organización para sus superiores. Había una gran sintonía ideológica, basada en el antiimperialismo, pero también en que Checoslovaquia era algo “distinto” a la URSS.

Si bien la actitud hacia Moscú había variado mucho respecto de las condenas de 1956, aquel PS seguía buscando un camino revolucionario, apoyado en las alternativas del comunismo del este de Europa –Checoslovaquia, Yugoslavia–, atento a la China de Mao y, fundamentalmente, deslumbrado por la Revolución cubana, todos procesos comunistas. Era imposible no contaminarse con su ideología, teniendo en cuenta además que el principal teórico del “socialismo nacional” era el mejor agente de la StB en América Latina. Con la Primavera de Praga todo cambiaría, pero Trías siguió vinculado a esta tan extraña diplomacia checoslovaca que veía en apartamentos clandestinos, le pagaban un salario y le hacía construir redes para infiltrarse en la embajada norteamericana.

Por todo esto, debemos deducir que el liderazgo ortodoxo o está mal informado, o no entiende la diferencia entre diplomacia y espionaje, o insulta la inteligencia de los uruguayos.

López D’Alesandro es historiador.


  1. ABS. 43943/020/0353. 11 de octubre de 1965. “RIOS”. 

  2. Trías, Vivian. Economía y política en el Uruguay contemporáneo. Ediciones de la Banda Oriental. Montevideo. 1968. La selección de la obra no deja de ser llamativa: es una colección de artículos publicados entre 1965 y 1967 en El Sol, Época e Izquierda que pintan el punto de vista de la izquierda nacional sobre la situación uruguaya, pero no es un ensayó orgánico, con una estructura sistemática. Además, recopila muchas de la AO acordadas con la StB. 

  3. ABS. 43943/100/0055. 22 de noviembre de 1971. “Legenda styku a agentem RIOSem”. 

  4. Equivalentes a 1.200 dólares de diciembre de 2018. 

  5. ABS. 43943/020/0327. 28 de agosto de 1965. “Ríos-záznam ze zchůzky dne 30.7”. 

  6. ABS. 43943/020/0235. 10 de abril de 1964. “Ríos-záznam ze zchůzky dne 3.3., 10.3., 23.3. a 31.3.1965”. 

  7. ABS. 43943/100/0057. 4 de octubre de 1973. “Plan spojení s agentem RIOSem”. 

  8. ABS. 43943/100/0051. 28 de setiembre de 1970. “RIOS - zmĕna v plánu spojení”. 

  9. ABS. 43943/100/0053. 22 de noviembre de 1971. “Zmĕna v plánu spojení s RIOSem”. 

  10. ABS. 43943/000/0117. 31 de julio de 1973. “Vyhodnocení spolupráce”. 

  11. ABS. 43943/100/0111. 12 de mayo de 1976. “RIOS-k tajnopisu”. 

  12. ABS. 43943/100/0119. 13 de diciembre de 1976. “Akce RIOS. Přeskoušení dodaných časopi”. 

  13. ABS. 43943/021/0509. Junio de 1968. “RIOS”. 

  14. ABS. 43943/021/0547. 8 de julio de 1968. “RIOS”. 

  15. ABS. 43943/021/0531. Junio de 1968. “Návrh na agenturnĕ operativní rozpracování místních sil ZÚUSA pomocí agenta RIOSE”. Ver también: 43943/021/0581. Junio de 1968. “Agenturnĕ operativní rozpracování místních sil ZÚ USA pomocí agenta Riose”. 

  16. 43943/021/0581. Junio de 1968. “Agenturnĕ operativní rozpracování místních sil ZÚ USA pomocí agenta Riose”. 

  17. ABS. 43943/021/0483. Abril 1968. “ROSIKO”.