Durante un año, un estudiante de 20 años que vive con sus padres en el estado de Hesse, en Alemania, se dedicó a recabar información personal de dirigentes políticos, de los cuales estaba decepcionado. También reunió datos de actores, periodistas conocidos y humoristas, hasta llegar a cerca de un millar de personas. Una de ellas fue la canciller alemana, Angela Merkel. En el caso de la gobernante, así como en muchos otros, sólo consiguió un número de teléfono y una cuenta de correo electrónico. Pero en otros logró acceder a cuentas privadas protegidas por contraseñas y difundió fotografías y conversaciones personales que esas personas mantuvieron en redes sociales. En diciembre comenzó a divulgar esa información, un poco cada día.

El fin de semana las autoridades allanaron la casa del estudiante, que no tenía formación en informática y que había dejado distintas pistas de sus acciones, lo que permitió localizarlo. Así, se descartó el lunes la hipótesis de que el ataque estuviera vinculado con la extrema derecha. Los investigadores manejaron esta posibilidad porque fueron divulgados datos de políticos de las principales organizaciones políticas –la gobernante Unión Cristianodemócrata, el Partido Socialdemócrata, Los Verdes, La Izquierda y el Partido Liberal–, pero no hubo afectados en la ultraderechista Alternativa para Alemania.

“El motivo [del atacante] parece ser su enojo general con la política”, dijo el presidente de la Oficina Federal de Investigación Criminal, Holger Münch. Las autoridades también informaron que el joven colaboró con ellas y mostró arrepentimiento.

Lo ocurrido llevó al gobierno a tratar en una conferencia de prensa sobre las medidas de seguridad informática que están en marcha. “Tenemos que establecer un sistema de alerta temprana” que permita detectar ciberataques, dijo ayer en una conferencia de prensa el ministro del Interior, Horst Seehofer, que no dio detalles de cómo operaría ese sistema. Según la agencia de noticias Efe, en este caso recién en enero las autoridades actuaron ante la difusión de los datos.

Seehofer, que se presentó ante la prensa junto con los titulares de la Oficina Federal de Investigación Criminal y de la Oficina Federal para la Seguridad Informática, recordó que ya está en marcha un plan para modificar la ley de seguridad informática, aumentar en 350 los funcionarios del área y crear un nuevo centro de coordinación, el Centro de Ciberdefensa Plus, que articule acciones con otras dependencias estatales. De todos modos, aclaró, en referencia a la filtración de datos de dirigentes, que, “aunque sea doloroso para los afectados, la situación de la seguridad cibernética no cambió” en Alemania.