“Una serie más o menos educativa”. Así definen los creadores a esta serie de ocho episodios que aborda sendos problemas matemáticos en el marco de una ficción que funciona por sí misma.

Marco Caltieri, su director y guionista, cuenta que “si bien es una serie educativa, trata de no ser profesoral, trata de no ser didactista, trata de priorizar la historia. Está pensada para que, aun sin la matemática, funcione como una ficción sobre un grupo de amigos. Para mí el fuerte era que el núcleo educativo estuviera lo suficientemente rodeado con la ficción que se construye alrededor”.

Una referencia evidente que menciona Caltieri es la de la legendaria serie de los 70 El Chavo del 8. Por un lado, los personajes son niños que son interpretados por actores adultos; por otro, la historia transcurre “en un espacio cerrado, que no está diseñado para el juego y que es aprovechado por los niños”.

¿De qué va la historia? Una niña, Olivia, se muda con su mamá a un edificio y en el sótano encuentra al Cuco, un monstruo que pretende comérsela. Olivia se niega y, a cambio, el Cuco le lanza un desafío matemático: si Olivia no lo resuelve tiene que acceder a ser la cena del Cuco; si, en cambio, Olivia gana, el Cuco pasará a ser su empleado. En el primer episodio la niña lo vence, gracias a la ayuda de sus nuevos amigos y vecinos Anita, Poncho y Hugo, y a partir de entonces en cada episodio el Cuco intentará redoblar la apuesta con un nuevo desafío.

La serie está dirigida a la franja de los seis a 12 años. “El género infantil suele ser subestimado y se visualiza como una única franja. Nosotros queríamos escaparle a la primera franja, que va hasta los seis años; elegimos la que va de los seis a los 12, en la que hay series como El increíble mundo de Gumball y Un show más, que son increíbles, muy buenas, que tienen algunas lógicas adultas y citas de alta cultura que resultan interesantísimas”, comenta Caltieri.

De este modo, además de dirigirse al público infantil de una manera respetuosa y que invita a seguir explorando en cuestiones que quedan planteadas y no son de acceso inmediato o evidente, se dirigen a los adultos que rodean a esos niños: “Creo que estamos en una época en la que los productos infantiles tienen que cumplir con gustarles a los gurises, y en ese sentido tienen que ser sinceros y artísticamente buenos, pero también tienen que gustarles a los padres. Es el caso, por ejemplo, de las películas de Pixar: están buenas a secas, no sólo como películas infantiles. Por ejemplo, en el capítulo 5, que trata sobre el infinito, aparece el tío del Cuco, que se llama Jorge Luis y tiene un libro de arena. Está llena de ese tipo de referencias que satisfacen a los adultos y que tal vez hagan que los niños pregunten qué pasa con eso. Me ha pasado que tuve que mostrarles a mis hijos Volver al futuro porque estaban viendo Un show más, que está llena de referencias a esa película”.

Los temas que se presentan en cada capítulo están incluidos en los programas de matemática de quinto y sexto de escuela y de primero de liceo: el primero trata sobre los números primos; el segundo, sobre los cuadrados mágicos; el tercero –el que se emitirá mañana–, sobre proporciones, las pirámides y los griegos; el cuarto, sobre los números romanos; el quinto, sobre el infinito; el sexto, sobre la frecuencia de Gauss; el séptimo, sobre crecimiento exponencial; y el octavo, sobre los números egipcios. “Una vez establecida la lógica de la serie, que es episódica y en cada capítulo el Cuco les encomienda un desafío a los niños, ya sabíamos que lo que necesitábamos era un desafío alrededor del cual ficcionar y contar la historia. Trabajamos con Gustavo Franco, que es profesor de Matemática, y establecimos los módulos, qué temas podían ser interesantes, y alrededor de ellos empezamos a escribir los problemas”. Los personajes probarán soluciones, se equivocarán e irán aprendiendo junto a los espectadores.

For export

El cuco de las matemáticas es una serie creada y dirigida por Marco Caltieri, producida por Clara Charlo, Adrián Broglia y José Manuel Misa, y está protagonizada por Florencia Colucci, André Hubener, Rafael Beltrán, María Vidal y Nacho Mendy. Se filmó y posprodujo entre 2016 y 2018 gracias a la Convocatoria Audiovisual del Ministerio de Industria, Energía y Minería, y es una producción de Zeta, To Je To y Cholofilms pensada para ser exportada.

“Se transmite en TV Ciudad y de a poquito la vamos llevando a diferentes mercados: está la perspectiva de venderla afuera, tanto la serie en sí como el formato. Ya tenemos expresiones de interés, se concretó una venta a Centroamérica. Nosotros habíamos pensado en ir directamente afuera en principio, porque tenemos nuestra opinión sobre la televisión nacional: los canales han tenido una visión nefasta sobre la producción audiovisual nacional, han sido retardatarios, le han hecho daño. Mi idea era prescindir de los canales de televisión. Ir a los mercados es todo un aprendizaje y fuimos descubriendo, al ir a ferias concretas donde se venden y compran productos y donde los canales van y compran telenovelas turcas. El producto gustaba mucho, pero enseguida venía la duda: ‘¿En su país cómo le fue?’, y entendimos que necesitábamos un estreno local. Elegimos hacerlo en TV Ciudad, para medir las reacciones, que están siendo muy buenas tanto en la recepción por parte de los niños como a nivel de rating”.