Otra noche de manifestaciones masivas e incidentes violentos aislados se vivió anoche en Barcelona, en el marco de las movilizaciones populares que comenzaron el lunes luego de que se conociera el fallo del Tribunal Supremo español, que condenó a prisión a varios notorios dirigentes independentistas catalanes.

La situación viene generando una pulseada política entre los sectores políticos de Cataluña y los partidos centralistas, empezando por el gobernante Partido Socialista Obrero Español, que a través de su líder y presidente del Ejecutivo, Pedro Sánchez, le pidió al presidente de la Generalitat, Quim Torra, que condene sin titubeos los actos de violencia que se vienen produciendo en la comunidad autonómica que preside.

Ayer por la noche, en un discurso realizado en el madrileño Palacio de la Moncloa, Sánchez dijo en referencia a Torra que “no puede ocultar su fracaso con cortinas de humo y fuego”, advirtiéndole que tiene el deber “moral y político” de condenar los actos violentos que se están produciendo en Cataluña. El líder socialista –que durante la jornada se reunió con los líderes de los principales partidos, Pablo Casado, del Partido Popular, Albert Rivera, de Ciudadanos, y Pablo Iglesias, de Podemos– comenzó su discurso agradeciendo a las fuerzas de seguridad su trabajo, pues “es la mejor respuesta a los extremistas”. “Deseo trasladarles el reconocimiento y la gratitud por su indispensable labor”. En este sentido, ha asegurado que “se está trabajando para proteger los derechos y libertades constitucionales”, afirmó Sánchez. Además, el presidente del gobierno español dijo que los catalanes “tienen el derecho a vivir en paz”, y eso “es incompatible con la actitud de los grupos violentos”.

Torra aseguró a través de un mensaje en redes sociales que la violencia no lo “representa”, pero no condenó directamente los hechos ocurridos en las últimas noches en Barcelona, a la vez que aseguró que su gobierno está “al lado de la gente” y apoya “todas las manifestaciones que se están haciendo en Cataluña” contra la sentencia del procés. Torra participó ayer en una de las columnas que partieron desde diferentes puntos del territorio catalán organizadas por la Asamblea Nacional de Cataluña, que confluirán mañana en una gran movilización que se realizará en Barcelona, donde habrá paro general.

La situación de agitación social en Cataluña llegó hasta el ámbito del fútbol, ya que el 26 de octubre está previsto que se juegue el clásico entre Barcelona y Real Madrid en el Camp Nou barcelonés. Ante el temor de que en el entorno del partido se produzcan incidentes, La Liga solicitó al Comité de Competición que se inviertan las localías y el encuentro se juegue en el madrileño Santiago Bernabéu. El gobierno, a través del Consejo Superior de Deportes, expresó que no sería “razonable” que el partido se juegue en el lugar y día fijados originalmente, pero la posibilidad de celebrar el encuentro en Madrid fue rechazada de plano por el Barcelona, por lo que lo más factible es que el partido sea reprogramado para otra fecha.