Ayer, el Centro de Fotografía (CdF) de Montevideo organizó el encuentro Asombrosa invención: a 180 años de la presentación de la fotografía, que evocó el primer daguerrotipo francés y su llegada a Uruguay un año después, en el que participaron especialistas de Francia (Anne Cartier-Bresson), Estados Unidos (Grant Romer, Ariadna C Romer), Brasil (María Inéz Turazzi, Paulo Knauss) y México (Fernando Osorio).

Hoy a las 11.00 en el Cabildo, la brasileña María Inéz Turazzi presentará su investigación historiográfica de largo aliento sobre la llegada de la fotografía a Sudamérica: El Oriental-Hydrographe y la fotografía. La primera expedición alrededor del mundo con un “arte al alcance de todos” (1839-1840), en la que analiza el escenario político, social y cultural de 1839, marco en el que el Estado francés financió el viaje alrededor del mundo del barco escuela L’Oriental –con un daguerrotipo a bordo–, que pasó por Brasil, Chile y Uruguay –y, según Turazzi, fue la primera expedición fotografiada–, y su papel en la expansión de la fotografía sudamericana.

Como consigna Turazzi en su libro, en L’Oriental se embarcaron profesores, médicos, instructores, maquinarias, instrumentos, libros, científicos y literatos, pensando en la formación de los alumnos y en el éxito del viaje. Luego de su recorrido por Río de Janeiro y Montevideo, el buque naufragó en Valparaíso, truncando la promesa de un viaje que, como algunos habían imaginado, despuntaría en los anales de la historia marítima.

Como también consignó la muestra sobre los comienzos de la fotografía uruguaya del Museo Histórico Nacional, uno de los integrantes era el capellán Louis Comte, que se encargaba de los aspectos religiosos de la tripulación y de las tres presentaciones públicas que se hicieron del daguerrotipo. Después del naufragio, Comte se quedó en Montevideo casi diez años, y la investigadora brasileña cuenta que se dedicó a enseñar daguerrotipia, francés, latín, dibujo, botánica y geología.

En el prólogo, el CdF recuerda que la rápida expansión y diversidad de los usos de la tecnología transformaron la cultura, y en ese contexto, plantea que la fotografía –como luego el cine, la televisión y los medios digitales– motivó múltiples relatos sociales que moldearon percepciones de la realidad, deseos, subjetividades a lo largo del tiempo, aunque, advierte, el actual proceso de “democratización” de la tecnología no se caracteriza por “un uso consciente”. Por eso, “para apropiarnos de la potencia de las imágenes”, dice, “es necesario saber qué podemos hacer con ellas, qué hacen con nosotros, quiénes, por qué y para qué las producen, cómo circulan y cómo podemos interpretarlas”. En sintonía con esta inquietud, plantean que, con El Oriental-Hydrographe... aspiran a “expandir el conocimiento sobre los orígenes de la fotografía y a seguir tejiendo una red latinoamericana de producción y reflexión capaz de imaginar nuevas formas de estar en el mundo”.