El presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, convocó el viernes a elecciones generales anticipadas para el 28 de abril, después de que la propuesta presupuestaria de su Partido Socialista Obrero Español (PSOE) para 2019 fuera rechazada en el Congreso. Los primeros sondeos de intención de voto muestran que los socialistas ganarían esos comicios e incluso crecerían en comparación con los resultados electorales de 2016, aunque no lo suficiente como para gobernar en mayoría.

Un estudio de la encuestadora GAD3 publicado el sábado por el diario español La Vanguardia revela que el partido de Sánchez lograría 119 escaños (34 más que los alcanzados en 2016), lo cual, en una cámara de 350 diputados, lo dejaría lejos de la mayoría. En este escenario, el PSOE necesitaría el apoyo del izquierdista Podemos –que actualmente atraviesa una crisis interna–, de los nacionalistas vascos y de los partidos independentistas catalanes. Estos últimos son los mismos que justamente precipitaron el adelanto electoral al retirar el apoyo a Sánchez, por lo que el líder socialista debería ceder ante sus reclamos para poder gobernar, incluido el reconocimiento de autodeterminación del pueblo catalán. Pero incluso si todo esto sucediera, el número de escaños llegaría a los 175, uno menos que los necesarios para llegar a la mayoría.

Los resultados del sondeo de GAD3 muestran que los socialistas podrían mantenerse en el gobierno sólo si pactaran con el partido de derecha Ciudadanos (que obtendría 60 bancas), aunque su líder, Albert Rivera, dijo la semana pasada que sólo contemplaría esa alianza si excluyera a Sánchez, algo que no parece ser el plan del PSOE.

La opción más viable para Ciudadanos es reeditar la alianza conservadora con la que ganó las elecciones de Andalucía en diciembre del año pasado, junto con el Partido Popular (PP) y el ultraderechista Vox. Según la encuesta, el PP sería el segundo partido más votado y se quedaría con cerca de 97 bancas. Las tres formaciones juntas sumarían más escaños que el PSOE (173), pero tampoco lograrían la mayoría parlamentaria absoluta. El escenario es, una vez más, fragmentado.

En 2016 fue necesario repetir las elecciones generales porque ninguna fuerza contó con los apoyos suficientes para lograr investir a un presidente de gobierno. En esa repetición, el entonces líder del PP, Mariano Rajoy, logró salir presidente, pero gracias a las abstenciones de un sector del PSOE, un hecho sin precedentes que fracturó en dos al partido.

La fragmentación del Congreso le pasó factura a Rajoy en junio de 2018, cuando Sánchez logró ganar una moción de censura con la ayuda de varios partidos, principalmente Podemos y los independentistas catalanes. Pero Sánchez tampoco pudo llevar adelante sus plantes de gobierno, ya que su mandato, que empezó hace nueve meses, será el más corto de la democracia española.

Con algunas variaciones en la cifras, otro sondeo de la empresa Gesop, publicado el fin de semana por el diario español El Periódico, mostró el mismo escenario que dibujó la encuesta de GAD3.

A nivel de los partidos, las encuestas muestran que el crecimiento del PSOE se daría en detrimento de la situación de Podemos, que en este proceso electoral perdería cerca de 40 escaños. Otro partido que caería es el PP, que también debería ceder cerca de 40 bancas, respecto de las ganadas en 2016. Del hundimiento del PP se beneficiaría Ciudadanos (que prácticamente duplicaría su representación parlamentaria, al pasar de 32 a cerca de 60 escaños), pero especialmente Vox: el partido de extrema derecha pasaría de no tener bancas en el Congreso español a ocupar alrededor de 16.