En una audiencia pública, la fiscal Mirta Morales solicitó ayer de tarde el procesamiento del hombre de 77 años, indagado por el homicidio del grafitero Felipe Cabral en el barrio de Punta Gorda. En el marco de la investigación por el asesinato del joven, la fiscal solicitó un allanamiento en el domicilio del hombre, contiguo a la casa donde fue asesinado el joven. Allí se encontraron varias armas: un rifle, tres escopetas, otras armas y municiones. La fiscal sostuvo que tanto el rifle como las escopetas “se encuentran aptas para efectuar disparos” y no habían sido declaradas. De todos modos, resaltó que ninguna de esas armas encontradas “coincidiría en principio con el arma que habría dado muerte al joven”. No obstante, la fiscal solicitó que se lo procese por tráfico interno de armas y pidió como medidas cautelares “fijar domicilio y no modificarlo” y prohibir su salida del país sin previa autorización de la Justicia, por un plazo de 90 días.

El abogado patrocinante dijo que el indagado “tenía armas viejas”, que datan de 1970, “de la época del padre”, por lo que “estamos hablando de armas de 50 años atrás”. Luego habló el hombre imputado y dijo que su casa está a la venta y que no piensa salir del país. Sostuvo que se sentía “profundamente agraviado” y que su detención fue un “atropello tremendo” contra su persona. También dijo que nunca había estado en una celda y que era la primera vez que le pasaba algo así. “No hay ninguna prueba”, sostuvo. El hombre señaló que las armas que tenía en su casa eran para cazar perdices y que se encontraban “todas oxidadas”. Sostuvo que algunas de las armas eran de su padre fallecido, que las compró en un viaje en el exterior y las quería conservar. La jueza penal de 34º Turno, Blanca Rieiro, le explicó que su detención fue parte del procedimiento que funciona para “todos los ciudadanos” en una situación de ese tipo.

Al salir de la audiencia, la fiscal comunicó en conferencia de prensa que la investigación por el asesinato de Cabral continúa su curso. “Lo que nosotros tenemos hasta ahora es que las armas que se incautaron no coincidían con el arma que dio muerte a ese muchacho”, sostuvo. La fiscal, además, resaltó que la bala tiene “las deformaciones lógicas” después de un impacto de ese tipo, pero aclaró que se pudo determinar “perfectamente” el calibre. Lo que falta encontrar es el arma homicida y saber con exactitud desde dónde se realizó el disparo: “No es fácil, si lo supiera ya estaría resuelto el caso”, acotó. Para ello, la fiscal pidió una relación “planimétrica” del lugar, así como varias pericias, para “intentar unir este puzzle”.

El hombre también tenía armas registradas en su casa, de las cuales la fiscal contó que faltan algunas que son de “antigua data”. De todos modos, la fiscal aclaró que “en principio” no coinciden con el proyectil encontrado y añadió que por el momento no tiene ningún elemento de prueba para imputar al hombre de homicidio.

También se continúa investigando la distancia desde dónde se realizó el disparo. “Realmente no es algo tan sencillo”, afirmó. Lo que descarta, luego de ver la filmación de una vivienda de la cuadra, es que se trate de un hurto, porque “no se ve a nadie cerca del sujeto” y su mochila y su bicicleta quedaron en el lugar.