Miles de personas se manifestaron ayer en Madrid para exigir la renuncia del presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, y reclamar la convocatoria a elecciones generales anticipadas. La marcha fue convocada por el Partido Popular (PP) y Ciudadanos, entre otras formaciones de derecha, y contó con el respaldo del ultraderechista Vox. Bajo el lema “Por una España unida, elecciones ya”, la movilización reunió a cerca de 50.000 manifestantes –según los datos oficiales–, una cifra que los organizadores elevaron a 200.000.

El llamado a la protesta fue impulsado por el descontento que generó en la derecha el intento de Sánchez de entablar un diálogo con los dirigentes independentistas catalanes, cuyo apoyo necesitará el miércoles cuando el Congreso vote el presupuesto de 2019. El gobernante español se reunió a fines de diciembre con el presidente catalán, Joaquim Torra, quien entre otras cosas propuso el establecimiento de un “mediador internacional” para facilitar las negociaciones. La semana pasada, el gobierno llegó a aceptar la presencia de “un relator” y esto disparó las críticas de los partidos de derecha, que acusaron a Sánchez de “traicionar a la patria” al pactar con quienes, a su juicio, “quieren romper España”. El viernes, finalmente, la vicepresidenta del gobierno español, Carmen Calvo, anunció la ruptura de las negociaciones con la Generalitat.

Esta decisión fue ignorada por la derecha, que siguió adelante con el llamado a la manifestación. Ayer, minutos antes de que comenzara la marcha, los líderes del PP, Ciudadanos y Vox reivindicaron el “final” del gobierno de Sánchez en declaraciones a los medios.

El titular del PP, Pablo Casado, exigió “elecciones inmediatas”. “No podemos seguir intentando integrar a los que quieren desintegrarnos. Ya no cabe más rendición socialista. Que cese inmediatamente el diálogo con aquellos que quieren romper España”, reclamó. “El tiempo del gobierno de Sánchez ha acabado”, advirtió. El dirigente del PP resaltó, por otro lado, que hay una posibilidad de que en las elecciones autonómicas y municipales de mayo la derecha pueda “pasar de las calles a las urnas” y que “el resultado sea una censura a la actuación del gobierno para que no le quede más remedio que convocar elecciones generales”. Agregó: “Hoy es un punto de inflexión: basta a cualquier tipo de ruptura”.

Manifestación contra el primer ministro español, Pedro Sánchez, ayer, en Madrid.

Manifestación contra el primer ministro español, Pedro Sánchez, ayer, en Madrid.

Foto: Óscar del Pozo

En una línea similar, el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, dijo que la concentración en la plaza Colón de la capital española refleja “un antes y un después” porque demuestra que “miles de españoles le han dicho no a Sánchez y le han dicho sí a España”. “Que Sánchez tome nota y convoque elecciones. Este es el final de una legislatura agotada”, advirtió. Acerca de los independentistas, Rivera opinó que “el golpe” en Cataluña debe “sofocarse hasta las últimas consecuencias”.

También el presidente de Vox, Santiago Abascal, dijo que “el pueblo debe ser llamado a las urnas urgentemente”. El líder de la extrema derecha española criticó que el gobierno de Sánchez haya tratado de negociar con la Generalitat y lo acusó de “poner sobre la mesa la soberanía de España”. Por eso, insistió en que el objetivo de la concentración era “denunciar la traición de un gobierno ilegítimo”.

Ninguno de los tres dirigentes quiso intervenir durante el acto que cerró la marcha de ayer. En cambio, decidieron que fueran tres periodistas los encargados de leer un manifiesto que había sido consensuado días antes por los partidos de derecha. En el texto, los partidos destacan que “la unidad nacional no se negocia” y exigen la “convocatoria inmediata de elecciones generales para que los españoles puedan decidir su futuro”. El manifiesto fue duramente criticado en los medios, ya que partía de la falsa premisa de que Sánchez “cedió al aceptar las 21 exigencias del secesionismo”. El presidente no sólo no cedió a ninguna exigencia, sino que rechazó los principales pedidos –al no reconocer el derecho de autodeterminación de Cataluña ni permitir el “mediador internacional”– y el viernes directamente anunció la ruptura de las conversaciones.

Al final de la lectura del manifiesto, Casado, Rivera y Abascal subieron al escenario para sacarse una foto, la primera en la que aparecen los tres juntos.

Mientras tanto, en la ciudad de Santander, Sánchez aprovechó su intervención en un acto del Partido Socialista Obrero Español para referirse a la marcha. En un breve mensaje, el presidente defendió la unidad del país y cuestionó particularmente la postura que adoptó el PP en los últimos días. “Cuando fui líder de la oposición hubo dos referéndums ilegales, se aplicó el artículo 155 [de la Constitución] y siempre permanecí al lado del gobierno del Partido Popular”, reprochó. Y continuó: “Estoy resolviendo una crisis de Estado que el PP contribuyó a agravar cuando estuvo en el gobierno los últimos siete años”. Finalmente, dijo que “el gobierno de España trabaja por la unidad de España”, lo que significa “unir a los españoles y no enfrentarlos como lo están haciendo las derechas hoy”.