La situación interna venezolana sigue sin tener caminos de solución a la vista, y eso se traduce en los dichos y los hechos del presidente Nicolás Maduro y de Juan Guaidó, presidente de la Asamblea Nacional y autoproclamado titular “encargado” del Poder Ejecutivo, quien cuenta con el reconocimiento de varios países de América y Europa.

En la tarde de ayer Maduro realizó un acto en la plaza Bolívar de Caracas, durante el cual firmó “la carta a favor de la paz”, en el marco de la campaña de recolección de firmas contra la “intervención” estadounidense que el gobierno se propone enviar a la Casa Blanca.

“Hoy Venezuela está unida en un solo clamor: exigimos el cese de la agresión que busca asfixiar nuestra economía y sofocar socialmente a nuestro pueblo, así como el cese de las graves amenazas de intervención militar contra Venezuela”, afirmó Maduro durante el acto.

Horas antes, mediante su cuenta en Twitter, el mandatario había manifestado su beneplácito con la iniciativa del “Mecanismo de Montevideo” para propiciar una salida negociada a la crisis lanzada el miércoles por México, Uruguay y la Comunidad del Caribe, aunque Maduro se la atribuyó también a Bolivia. “Suscribimos su propuesta de 4 Fases para el Diálogo en Venezuela. Estamos listos para participar en una agenda abierta de entendimiento por la Paz”, aseveró el presidente, quien en estos días se ha dedicado a recorrer varios estados venezolanos, recogiendo apoyos por parte de los jefes militares de cada región del país.

También ayer el gobierno de Maduro, a través del vicepresidente para la Comunicación, Turismo y Cultura y ministro para la Comunicación y la Información, Jorge Rodríguez, presentó lo que calificó de pruebas de un intento de golpe de Estado.

Desde el Palacio de Miraflores, en Caracas, Rodríguez afirmó que Oswaldo García Palomo, coronel retirado de la Guardia Nacional Bolivariana y capturado el 31 de enero por las autoridades gubernamentales, había confesado su participación en ese intento de derrocar a Maduro organizado por Estados Unidos, Colombia y opositores venezolanos, y que en vista de la gravedad de sus declaraciones la Fiscalía General de la República aprobó mostrar a los medios parte de esa información, según informó Telesur.

Por su parte, Guaidó prosiguió los contactos para legitimar su autoproclamada investidura. Ayer mantuvo reuniones con algunos embajadores de los países integrantes de la Unión Europea que lo reconocen como “presidente encargado” de Venezuela, y volvió a pedir que se permita ingresar en el país la ayuda humanitaria enviada desde el exterior. Sobre ese punto también opinó el secretario general de la Organización de Estados Americanos, Luis Almagro, quien en su cuenta de Twitter expresó que “el bloqueo del puente Las Tienditas” (que conecta Venezuela con Colombia) “para impedir el ingreso de ayuda humanitaria es la descripción exacta de la dictadura usurpadora y guarimbera de Maduro: un régimen que intenta aferrarse al poder sobre el hambre y la enfermedad del pueblo de Venezuela”.

Paralelamente, y durante una entrevista con la señal italiana Sky Tg2, Guaidó pidió la ayuda del papa Francisco para “conseguir el fin de la usurpación” del gobierno por parte de Maduro. “Hago un llamamiento para que todos los que puedan ayudarnos, como el santo padre y el resto de la diplomacia, puedan colaborar para conseguir el fin de la usurpación, un gobierno de transición y llevar a Venezuela lo antes posible a elecciones verdaderamente libres”, expresó Guaidó al medio italiano. Algunos días antes Maduro también había pedido la intervención del papa, pero el matiz está en que solicitó su mediación, en tanto que Guaidó le solicitó ayuda para desplazar a Maduro del gobierno.

En la misma entrevista Guaidó descartó de plano cualquier negociación directa con Maduro, ya que a su criterio eso significaría “una tomadura de pelo para el pueblo”.

La posibilidad de establecer una negociación también fue negada enfáticamente por Estados Unidos, principal apoyo de Guaidó. La semana pasada el vicepresidente estadounidense, Mike Pence, dijo que “este no es momento para el diálogo” en Venezuela, sino que “es momento para la acción”.

También desde Estados Unidos, ayer se anunciaron nuevas medidas contra el gobierno de Maduro. Elliott Abrams, designado como enviado especial a Venezuela, informó acerca de nuevas sanciones contra los diputados que integran la Asamblea Nacional Constituyente, relativas a restricciones en el uso del visado. “Estados Unidos está revocando visas a los miembros de la Asamblea Constituyente ilegítima”, señaló en rueda de prensa Abrams, quien además desechó la posibilidad de diálogo, salvo que sea para “negociar” la salida del poder de Maduro.

Abrams exhortó a la comunidad internacional a tratar con el parlamentario Juan Guaidó como el “mandatario legítimo” de Venezuela, y también pidió que más países se integren al proceso de “asistencia humanitaria” para la nación caribeña. Además, el funcionario de la administración encabezada por Donald Trump indicó que su país no avala al Grupo de Contacto Internacional sobre Venezuela que se reunió ayer en Montevideo.

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