La oposición chilena cuestionó la decisión del presidente Sebastián Piñera de viajar el viernes a la ciudad colombiana de Cúcuta, en la frontera con Venezuela. Ese día y el sábado están previstos en la zona dos conciertos masivos, uno organizado por el oficialismo venezolano y otro por la oposición. Además, el sábado vence el plazo que estableció públicamente el dirigente opositor Juan Guaidó para que el gobierno deje entrar ayuda humanitaria desde Colombia, incluida la enviada por Estados Unidos.

“Venezuela y su pueblo necesitan apoyo internacional para recuperar su libertad y democracia”, dijo Piñera en su cuenta de Twitter. “Con el presidente [colombiano] Iván Duque estaremos este viernes en Cúcuta entregando ayuda humanitaria a quienes llevan años sufriendo crisis causada por la dictadura”, agregó. Al día siguiente, el martes, reiteró en una conferencia de prensa que viajará a Cúcuta “a defender la libertad en Venezuela”.

A Piñera y Duque se sumará también el presidente paraguayo, Mario Abdo, cuyo país fue el primero de la región en cortar relaciones con Venezuela. Los tres gobernantes han manifestado su apoyo a Guaidó, titular de la Asamblea Nacional y autoproclamado presidente encargado de Venezuela.

Abdo viajará junto con su ministro de Relaciones Exteriores, Luis Castiglioni, y otros integrantes de su gabinete, informó la cancillería. También comunicó que además de participar junto a Piñera y Duque en la “entrega simbólica” de ayuda humanitaria, mantendrá con ellos un almuerzo de trabajo.

En el caso de Piñera, el anuncio fue cuestionado por la oposición, que lo calificó de “inútil e inoportuno”. Según informaron el diario La Tercera y la agencia de noticias Efe, un grupo de dirigentes del Partido Socialista, entre ellos varios que ocuparon cargos de canciller o embajador, criticaron ayer la conducción de la política exterior en este asunto y acusaron al presidente de utilizarla para “obtener réditos en la política interna”.

Las críticas de los socialistas a Piñera no fueron acompañadas por una defensa al gobierno del presidente venezolano, Nicolás Maduro. Los dirigentes manifestaron que en Venezuela “la revolución bolivariana se ha descompuesto, las instituciones democráticas se han degradado” y “la economía se ha arruinado”. Pero agregaron que “no todos los medios son legítimos para producir un cambio”, algo que debe alcanzarse mediante “un acuerdo entre las principales fuerzas venezolanas, producto de la acción social y política de su propio pueblo”. Por eso criticaron al gobierno de Chile y al Grupo de Lima por alinearse con Estados Unidos y su “amenaza de una intervención armada”.