La crisis política que vive España se agravó ayer cuando el Congreso no aprobó la propuesta de presupuesto presentada por el gobierno para 2019, tal como se preveía en las horas anteriores, lo que hizo crecer la posibilidad de un adelanto electoral.

Después de un intenso debate que empezó el martes, 191 diputados votaron ayer en contra de las cuentas del gobierno frente a 158 que votaron a favor. La mayoría respaldó las enmiendas a la totalidad del presupuesto que fueron introducidas por los partidos independentistas catalanes Esquerra Republicana de Catalunya y Partido Demócrata Europeo Catalán, después de que el viernes el gobierno liderado por el socialista Sánchez anunciara la ruptura de las negociaciones. Los independentistas contaron con el apoyo de los parlamentarios del Partido Popular (PP), Ciudadanos, Coalición Canaria y Foro Asturias.

Cuando terminó la sesión, varios representantes del gobierno del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) sugirieron que el rechazo del Congreso al proyecto presupuestario derivaría en una convocatoria a elecciones anticipadas. Sánchez, en cambio, prefirió no hacer declaraciones. Tres horas después, La Moncloa informó en un breve mensaje que mañana se celebrará un Consejo de Ministros y que, después de esa reunión, “se dará a conocer la decisión del presidente del gobierno”.

El texto no detallaba si la decisión era sobre el adelanto de las elecciones generales, pero Sánchez no tiene muchas alternativas si quiere revertir el estancamiento de su gobierno. Las fechas que se barajan para los nuevos comicios son tres: el 26 de mayo –el mismo día en el que están fijadas las elecciones autonómicas, las municipales y las europeas–, el 14 de abril o el 28 de ese mismo mes. Los medios españoles aseguraban ayer que el gobierno se inclina por este último día, ya que, según sostienen, Sánchez buscaría evitar que las generales coincidan con las ya fijadas y tampoco querría que se celebraran el 14 de abril, ya que es el primer domingo de Semana Santa.

El PP dio por sentada la convocatoria anticipada a elecciones y ayer directamente adoptó un tono de campaña. En una conferencia de prensa posterior a la votación, el líder del partido derechista, Pablo Casado, apostó por ofrecer un “frente común”, junto con Ciudadanos y el ultraderechista Vox, para enfrentar el “separatismo y el populismo” en las elecciones generales. El dirigente dijo que lo ocurrido en el Congreso fue una “moción de censura de facto contra Sánchez”, y alabó al PP que, según consideró, es una formación que tiene experiencia en gobernar. Sobre las elecciones en particular dijo que lo más “lógico” sería celebrarlas el 26 de mayo para “ahorrar 200 millones de euros”.

Un discurso similar tuvo Albert Rivera, el líder de Ciudadanos. “Hoy ha perdido Sánchez y ha ganado España”, dijo el dirigente después de la sesión parlamentaria, y aseguró que no pactará con el líder socialista sin importar cuáles sean las consecuencias. “Espero que nos veamos en las urnas, espero encabezar un proyecto nuevo; ya basta de bipartidismo”, aseguró Rivera.

Incluso el izquierdista Podemos, el único partido que respaldó el presupuesto de Sánchez, reconoció que el adelanto electoral es inminente. “No le va a quedar otro remedio al gobierno que convocar elecciones. Esta votación es la evidencia clara de los límites del PSOE y de Pedro Sánchez para gobernar en solitario”, dijo en ese sentido la vocera de Unidos Podemos en el Congreso, Irene Montero, a la salida del Congreso.