El Parlamento británico respaldó ayer una moción para solicitar que se postergue la salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE), fijada para el 29 de marzo. El texto, que fue aprobado con 412 votos y 202 en contra, insta al gobierno de la primera ministra, Theresa May, a solicitar una prórroga del plazo de negociación hasta el 30 de junio si los legisladores respaldan la propuesta de acuerdo de brexit antes del miércoles.

May deberá presentar la solicitud formal, que será analizada en la cumbre de la UE que se celebrará el jueves y el viernes de la próxima semana en Bruselas. La Comisión Europea aseguró ayer en un comunicado que ya “tomó nota” de la votación en la Cámara de los Comunes y resaltó que la solicitud de prórroga sólo puede ser aprobada por unanimidad por el bloque. Agregó, además, que los líderes europeos darán “prioridad a la necesidad de garantizar el funcionamiento de las instituciones de la UE” y tendrán en cuenta “las razones y la duración de una posible extensión”.

Por su parte, el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, escribió ayer en Twitter que en sus consultas antes de la cumbre europea pedirá a los miembros del bloque que “estén abiertos a una prórroga más larga si Reino Unido encuentra necesario repensar su estrategia del brexit y construir consenso sobre ello”.

Según los medios británicos, como el diario The Guardian, es muy probable que May someta a votación el acuerdo de brexit el martes que viene. Los legisladores ya rechazaron ese pacto con contundencia en dos ocasiones: el 15 de enero y, de nuevo, el martes pasado. La misión de la primera ministra hasta el martes 19 será intentar persuadir al ala de los diputados euroescépticos de su Partido Conservador de que respalden su acuerdo para evitar que el divorcio con la UE se vuelva a estancar. También intentará revertir la posición de sus socios parlamentarios del Partido Unionista Democrático de Irlanda del Norte, que por el momento se han negado a respaldar el plan para el brexit.

Si los legisladores rechazan el tratado por tercera vez, el gobierno pediría una prórroga más larga, pero debería justificar “el propósito” y, si la UE accediera, Reino Unido debería concurrir a las elecciones europeas que se celebrarán entre el 23 y el 26 de mayo. El jefe de Gabinete, David Lidington, dijo al inicio de la sesión de ayer que en este escenario los parlamentarios tendrían “un plazo de dos semanas” después de la cumbre europea para votar sobre diferentes alternativas para sacar adelante el proceso de brexit, a fin de consensuar un plan mayoritario que pudiera presentarse como justificación ante el bloque. El funcionario advirtió que si la fórmula acordada entre en gobierno de May y la UE es rechazada una vez más, se abriría un “período sostenido de incertidumbre” que, entre otras cosas, “dañaría la confianza de la gente en la política”.

Antes de aprobar el retraso del brexit, los diputados británicos votaron ayer contra tres enmiendas a la moción. Una de ellas pedía retrasar la fecha de salida de la UE para celebrar un segundo referéndum del brexit, una propuesta que se planteaba en el recinto por primera vez. Las principales campañas civiles que defienden la opción de un nuevo referéndum –“People’s Vote” y “Best for Britain”– habían manifestado su disconformidad con que el Parlamento tratara ayer este asunto, al considerar que no era el momento oportuno. Consideraban, en cambio, que la votación debía centrarse únicamente en la prórroga del brexit.

El Partido Laborista, el principal en la oposición, incorporó como política oficial la posibilidad de defender un segundo referéndum, pero no apoyó la enmienda esgrimiendo los mismos argumentos que las campañas de la sociedad civil. Precisamente, otra de las enmiendas descartadas fue promovida por el laborismo y pedía la ampliación del artículo 50 –que regula los plazos de la salida de un país de la UE– para dar tiempo a lograr un consenso en la Cámara de los Comunes en torno a un plan alternativo al del gobierno.