“Aquí estamos, Nicolás [Maduro], a plena luz del día dando la cara, trabajando, entregando ayuda humanitaria. A pesar de la persecución, del secuestro, no nos van a sacar del camino hacia el cese de la usurpación que dé paso al gobierno de transición y finalmente a las elecciones libres”. Así comenzó el dirigente opositor Juan Guaidó, autoproclamado presidente encargado de Venezuela, una declaración pública en la que denunció que funcionarios del Servicio Boliviariano de Inteligencia Nacional (Sebin) allanaron durante la madrugada del jueves las viviendas del dirigente al que designó director de despacho, Roberto Marrero, a quien se llevaron detenido, y del diputado Sergio Vergara.

Guaidó dijo que como no pueden llevarlo preso, “secuestran” a sus colaboradores cercanos creyendo que con esas acciones “van a detener la lucha por la libertad del país”. El dirigente dijo que en 2014 “secuestraron” al dirigente Leopoldo López y en 2018 al diputado Juan Requesens, y que a pesar de esto no lograron infundir miedo, sino que, por el contrario, fortalecieron la lucha. Además, Guaidó definió como una “torpeza política” de parte del gobierno de Maduro esta detención, y exigió la liberación inmediata de Marrero.

Según denunció el diputado Vergara, que vive en el apartamento contiguo al de Marrero, en el momento en que lo trasladaban, el jefe de despacho de Guaidó gritó que los agentes del Sebin habían plantado en su hogar “dos fusiles y una granada”.

Marrero es un conocido dirigente de la oposición que, en el ejercicio de su profesión de abogado, defendió a Leopoldo López, el líder de Voluntad Popular, el partido de Guaidó. En 2015 López fue condenado a 14 años de prisión por diversos delitos vinculados con la convocatoria de manifestaciones que se volvieron violentas, y actualmente cumple la pena en arresto domiciliario.

El ministro del Interior venezolano, Néstor Reverol, se refirió anoche a la detención de Marrero. Anunció que se había desmantelado “una célula terrorista que planificaba realizar un conjunto de ataques selectivos y para ello habría contratado a mercenarios colombianos y centroamericanos”. Su objetivo era generar “caos”, dijo el ministro, y acusó a Marrero de ser “responsable directo de la organización de estos grupos criminales”.

Reverol afirmó que al allanar la casa de Marrero se encontró “un lote de armas de guerra y dinero en efectivo en divisas extrajeras”. Afirmó que el grupo actuaba “ante el fracaso del golpe de Estado que han venido planificando, ante el fracaso de intentar ingresar por nuestras fronteras la llamada ayuda humanitaria”. Según informó la agencia de noticias Efe, el ministro agregó que los detenidos “forman parte de un grupo mayor que actualmente está plenamente identificado y los organismos de inteligencia están tras su captura”.

La detención de Marrero tuvo lugar apenas un día después de que la alta comisionada de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para los Derechos Humanos, la ex presidenta chilena Michelle Bachelet, le pidiera al gobierno de Venezuela que garantizara a su oficina la posibilidad de investigar la situación de los derechos humanos en el país. La dirigente pidió que se permitiera a los expertos que ya se encuentran en territorio venezolano el acceso a los lugares y personas que elijan.

“Un equipo técnico de mi oficina se encuentra actualmente en el país, y considero que esta es una primera medida positiva”, destacó Bachelet en una intervención ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, que funciona en la ciudad suiza de Ginebra. Manifestó que “es esencial que el equipo tenga acceso total y sin restricciones” para llevar a cabo su investigación, y que no haya represalias “contra ninguna persona que se haya entrevistado o haya tratado de entrevistarse con ellos”.