El auto en el que viajaba el músico Evaldo dos Santos, de 51 años, fue acribillado por una patrulla militar el domingo en el barrio Guadalupe, en la zona norte de Río de Janeiro. Cuando ocurrió el ataque se dirigía, junto con su familia, a un baby shower.

Diez militares fueron detenidos por este crimen, según informó el diario O Globo. De acuerdo con el Comando Militar del Este, los funcionarios involucrados fueron separados de sus cargos y puestos a disposición de la Justicia Militar “por las inconsistencias en los hechos reportados”. En un comunicado anterior, el Ejército había afirmado que los militares respondieron a “la injusta agresión de los criminales”, pero los relatos posteriores que brindaron testigos terminaron por dejar en evidencia que no ocurrió así.

De acuerdo con la Policía, nueve militares del Ejército dispararon más de 80 tiros contra el auto en el que Evaldo –que era negro– se trasladaba junto con su esposa, su hijo de siete años, una ahijada de la pareja y su suegro, que sufrió heridas y permanece internado en el Hospital Municipal Albert Schweitzer de Río de Janeiro. También fue herido de bala un peatón que intentó ayudar a la familia agredida, que salió corriendo del auto.

Parientes y amigos de las víctimas, así como personal policial, afirmaron que fueron confundidos con delincuentes. “Fueron efectuados muchos, muchos disparos de arma de fuego, y todo indica que los militares realmente confundieron el vehículo con uno en el que se trasladaban criminales. Pero en este auto viajaba una familia y no se encontró ningún arma”, dijo Leonardo Salgado, representante del área de Homicidios de Río de Janeiro, en una entrevista. Agregó que él tomó la decisión de que un equipo a su cargo hiciera las pericias en el lugar del ataque y que se presentaran a declarar ante él los militares involucrados; “pero esto no fue posible porque ya habían sido trasladados a dependencias del Ejército”, aclaró.

Por su parte, la viuda del músico, la enfermera Luciana Oliveira, denunció que los militares se rieron luego de atacarlos. “Ellos se reían. Les dije que eran unos asesinos y ellos se reían. Se burlaban. Esas personas tienen que pagar, principalmente porque todo el tiempo se burlaron de nosotros. Ustedes no saben lo que estoy sintiendo, no le deseo esto a nadie”, dijo Oliveira, según publicó Folha de São Paulo.

A su vez, el periodista Carlos de Lennoy, que cubrió el caso del asesinato en la TV Globo, denunció que recibió amenazas en su cuenta de Instagram por informar sobre el tema. El Ejército comunicó públicamente que está investigando el caso para determinar si las amenazas partieron de alguno de sus integrantes.