Apenas dos días después de las elecciones que determinaron la composición del nuevo Parlamento Europeo, los primeros ministros y presidentes de los estados miembros de la Unión Europea (UE) se reunieron ayer en Bruselas. Durante una sesión extraordinaria del Consejo Europeo comenzaron a debatir quiénes tendrán la tarea de presidir el Parlamento, el Consejo, la Comisión y el Banco Central europeos, las cuatro principales instituciones del bloque.

Las elecciones del domingo dejaron un Parlamento más fragmentado, lo que forzará al conservador Partido Popular Europeo, que a pesar de su pérdida de escaños sigue siendo la primera fuerza, a buscar alianzas con los socialdemócratas, que también perdieron legisladores, pero se mantienen como el segundo bloque. Pero también intentarán acordar con la tercera bancada, la de los liberales, o la cuarta de Los Verdes, ambas con un fuerte incremento en su representación.

Los populares ya pidieron el cargo de presidente de la Comisión Europea para su candidato, el alemán Manfred Weber, pero no parece tarea sencilla cerrar trato en relación con este cargo, que hoy ocupa el luxemburgués Jean-Claude Juncker, también integrante del Partido Popular Europeo.

Según informó la agencia de noticias AFP, los socialdemócratas pretenden que ocupe ese cargo el holandés Frans Timmermans, quien actualmente se desempeña como vicepresidente de la Comisión Europea. A su vez, los liberales quieren para ese puesto a la danesa Margrethe Vestager, quien durante el último período fue la comisaria de la UE para la Competencia.

Las conversaciones que comenzaron ayer fueron un diálogo preliminar, y los acuerdos para la designación de los cargos deberían estar resueltos para la cumbre que se celebrará en Bruselas el 21 y el 22 de junio. El candidato que resulte designado deberá someterse a mediados de julio a la aprobación por mayoría en el Parlamento del bloque. La correlación de fuerzas en el Consejo Europeo también será clave, porque el titular de la comisión deberá contar con el visto bueno de al menos 21 de los 28 mandatarios de la UE, cuyos países, además, representen 65% de la población.

Cuando arribó ayer a la cumbre de Bruselas el presidente francés, Emmanuel Macron, dijo que “no es momento de hablar de nombres sino de contenido”. Sin embargo, al ser consultado sobre la candidatura de Vestager, Macron confirmó que tanto esa dirigente como el socialista Timmermans tienen las cualidades necesarias para ser los reemplazantes de Juncker.

El partido de Macron, La República en Marcha, será el mayoritario dentro del bloque de los liberales europeos, por lo que puede ser clave en la definición de los cargos. De hecho, el lunes Macron recibió en París al actual presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, que fue uno de los grandes ganadores de las elecciones europeas del domingo. Su Partido Socialista Obrero Español fue el más más votado entre los socialdemócratas europeos.

Si bien el gobierno francés no dio detalles sobre el encuentro entre los mandatarios, fuentes del Ejecutivo español citadas por el diario madrileño El País informaron que ambos defendieron “la necesidad de formar una alianza de fuerzas progresistas y europeístas que frene a la ultraderecha”. Esto puede ser leído entre líneas como la conformación de una alianza para sacar a los conservadores de los principales cargos de responsabilidad dentro de la UE, debido a que actualmente los derechistas moderados, además de tener bajo su mando a la Comisión Europea, tienen a representantes suyos a la cabeza del Parlamento y del Consejo Europeo.

Además de la composición del nuevo Parlamento de la UE y de las familias políticas, hay otros factores que pesan para la designación de los nuevos cargos. Deben ser tenidos en cuenta también los criterios geográficos –en este punto vale destacar que los países del este europeo pretenden tener más peso que el que tienen actualmente– y la igualdad de género, más aun teniendo en cuenta que la UE jamás tuvo a una mujer como presidenta de la Comisión ni del Consejo.