Caída en desuso en el cine de estreno, la comedia romántica como género parecería haber encontrado en el formato doméstico un espacio de sobrevida y resiliencia. Es en Netflix, espacio paradigmático del audiovisual de consumo hogareño, que Always Be My Maybe encontró camino.

El proyecto nació de la pasión de sus protagonistas, Ali Wong y Randall Park, dos comediantes de extensa trayectoria fuertemente anclada en su condición de descendientes de asiáticos en Estados Unidos, además de amigos entre sí desde hace más de 20 años.

Wong y Park habían aspirado durante mucho tiempo a realizar su propia Cuando Harry conoció a Sally (Nora Ephron, 1989), su modelo evidente en Always Be My Maybe, y aprovecharon su actual popularidad para, luego de varios años en preproducción, lanzar la historia en Netflix.

La película nos cuenta la historia de Sasha y Marcus (Wong y Park, evidentemente) dos amigos de toda la vida (vecinos en la infancia, compañeros de liceo después) que la noche después de finalmente pasar más allá de la amistad se separan y no vuelven a verse hasta 16 años después.

Para entonces, Sasha ha viajado, crecido y conocido mundo, convertida en una de las chefs más importantes del momento, mientras que Marcus se ha quedado estancado en su trabajo de colocador de aires acondicionados junto a su padre, con su banda de hip hop underground y su porro nocturno.

El reencuentro –y los cambios de vida por los que está pasando Sasha– propicia el reinicio de la amistad y, porqué no, el romance. Ahí aparece el nudo de este tipo de comedias.

En este género jamás cabe duda de que los protagonistas terminarán juntos. Lo que debe lograr la película es que nosotros, los espectadores, querramos que eso pase. Nada más importa. En ese examen tan exigente, la película sale bien librada. Los protagónicos son ambos queribles, y querible es que saquen adelante la relación.

Después, hay chistes que salen mejor, chistes que salen peor (entre los mejores, el cameo de una megaestrella de Hollywood haciendo una versión horrible de sí mismo, cuya identidad nos reservaremos a pesar de que sale en el tráiler y cada reseña ha quemado su aparición) y un devenir bastante entretenido sin sobresaltos que gustará más o menos dependiendo de las preferencias personales (a mi me resulta mucho más gracioso Park que Wong, por ejemplo), pero que sin dudas no decepcionará a nadie ya que cumple bastante con lo que promete.

No es Cuando Harry conoció a Sally pero, ¿qué película lo es? Always Be Me Maybe es una película más que correcta, dinámica, bien actuada y divertida.