Una vez más, ayer se registraron graves choques entre la Policía y manifestantes en Hong Kong, donde miles de personas se reunieron en las inmediaciones de la oficina de enlace del gobierno chino para protestar por la creciente interferencia de Pekín en el territorio autónomo.

Según informaron agencias internacionales, los manifestantes levantaron barricadas cerca de la oficina de representación del gobierno chino, cuya fachada ya había sido ensuciada la semana pasada con huevos y pintadas. Un pequeño grupo se quedó a las puertas de una comisaría de policía rodeada por vallas de seguridad.

Las protestas, que se han extendido durante dos meses, comenzaron en oposición a una ley de extradición que buscaba facilitar el envío a China de detenidos en el territorio autónomo de Hong Kong. Luego las demandas fueron variando: desde la salida de la jefa del gobierno local, Carrie Lam, hasta una investigación a raíz de la violenta represión policial o la lentitud con que los agentes reaccionaron cuando grupos parapoliciales agredieron con fierros a los manifestantes, la semana pasada.