El domingo falleció la investigadora, docente de historia y ensayista María Angélica Petit. Debido al golpe de Estado militar de 1973, Petit se exilió en París, junto con su esposo Omar Prego Gadea, con quien publicó varios libros. Como consigna el Diccionario de la cultura uruguaya, de Miguel Ángel Campodónico (2007), en Francia continuó con su formación (aprobó los cursos de doctorado en Ciencias Sociales), dirigió seminarios de maestría dedicados a la historia contemporánea de América Latina (en la Université des Sciences París VII) e integró laboratorios interdisciplinarios de investigación. Muchos recuerdan sus libros dedicados a la obra y vida de Juan Carlos Onetti, con quien el matrimonio Prego-Petit compartió la amistad, el periodismo y el exilio: Juan Carlos Onetti o la salvación por la escritura (1981) y Onetti: la novela total (2009), coescritos junto con su marido. También, en 1994 recopiló y prologó JC Onetti. Periquito el Aguador y otros textos. 1939-1984. Trabajó en la segunda y tercera época de Cuadernos de Marcha, fundó y coordinó la revista Ideas-historia de las ideas / mentalidades / sensibilidad y colaboró con numerosos eventos y congresos académicos.

En una entrevista realizada por Nelson Díaz para El País Cultural, a mediados de 2005, Prego decía que aquellos que estuvieron obligados a irse de Uruguay se preguntaban qué era más fiel, “si la memoria o la mirada”. Y admitía que para él y Petit, que estuvieron casi 15 años en París, el verdadero Uruguay fue el que debieron abandonar, “ese que imaginábamos detenido en el tiempo, el que debimos ir recomponiendo poco a poco con los pedazos de la realidad que hallamos al volver, una realidad que nada o muy poco tenía que ver con la que sobrenadaba en el pantano de la memoria, cuyos cambios nos golpearon sin piedad”. Sobre esos pliegues y quiebres, Petit se dedicó a reflexionar en sus numerosos ensayos y lecturas críticas.