Dos días después de que un hombre matara a 22 personas en un supermercado cerca de la frontera entre Estados Unidos y México, en un hecho que está siendo investigado como un crimen de odio, la Casa Blanca se pronunció sobre lo sucedido. “Con una sola voz, nuestra nación debe condenar el racismo, el fanatismo y el supremacismo blanco”, indicó el comunicado firmado por el presidente Donald Trump.

El fin de semana estuvo marcado por dos tiroteos, uno de ellos realizado por un hombre blanco de 21 años al que se le atribuye un texto en el que se rechaza una “invasión” de hispanos en Texas que “tomarán el control del gobierno local y estatal” del estado. Del otro, ocurrido en Ohio, todavía se desconocen las motivaciones. Ambos causaron la muerte de 32 personas y unos 50 heridos. Sin embargo, durante el fin de semana hubo un silencio oficial que Trump sólo había interrumpido para manifestarse por Twitter.

El comunicado de la Casa Blanca se emitió ayer de mañana, y en él se señala que el autor del primer ataque “publicó un manifiesto [...] repleto de odio racista”, para luego agregar: “[son] la enfermedad mental y el odio las que aprietan el gatillo, no la pistola”. Con esa línea, Trump deja claro que estas nuevas matanzas no lo llevarán a cambiar su política, que ha sido la de defender la segunda enmienda de la Constitución estadounidense, que habilita la posesión y porte de armas. Además, el mandatario asegura que quienes sean condenados por crímenes de odio deben enfrentar la “pena de muerte”, que el gobierno restableció a nivel federal la semana pasada.

En Texas por ahora sólo se presentó un cargo de asesinato capital contra el autor de los disparos. Desde la fiscalía dijeron a varios medios que se presentarán más cargos cuando avance la investigación y que, si es declarado culpable, se pedirá la pena de muerte.