Durante los últimos días de campaña electoral, el presidente argentino, Mauricio Macri, llamó en las redes sociales a sus seguidores a publicar una foto suya con la frase “Yo lo voto”. Más adelante explicaba por qué: “Decir públicamente a quién vas votar tiene un efecto inmediato sobre los demás. Tu declaración funciona como un cartel que fija una posición e invita a los otros a hacer lo mismo”. Del mismo modo, los distintos frentes políticos y candidatos argentinos esperan que una buena votación en las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) del domingo genere un efecto arrastre que impulse a otros votantes a apoyarlos en las elecciones generales del 27 de octubre.

Ese es uno de los motivos por los cuales Macri pide a la gente que lo “acompañe” el domingo. Como la mayoría de las fórmulas ya están definidas, estas PASO no determinan las candidaturas a la presidencia, pero sí funcionan como la principal instancia en las que los postulantes miden su apoyo y el de sus rivales.

Los dos frentes políticos que centran la atención en esta competencia son el oficialista Juntos por el Cambio, que postula a Macri a la reelección con el peronista Miguel Ángel Pichetto como candidato a la vicepresidencia, y el opositor Frente de Todos, que impulsa la fórmula integrada por Alberto Fernández y la ex presidenta Cristina Fernández. El dato que genera más expectativa en estas PASO es cuál de estas dos alianzas reunirá más votos.

Las encuestas colocan en primer lugar a la fórmula Fernández-Fernández, con un promedio de intención de voto de 37,8%, frente a 35,2% de Juntos por el Cambio, según datos publicados por el diario Clarín. Sin embargo, según señaló Tiempo Argentino, el oficialismo ha mostrado una tendencia al crecimiento en los sondeos.

Festejo anticipado

El apoyo que reciban unos y otros les servirá como argumento de campaña. En el caso de Macri, una victoria les daría respaldo popular a sus políticas, y en el de la oposición, reforzaría el eje de su discurso: que el rumbo del gobierno está perjudicando a los argentinos.

“Necesito que nos acompañen con el voto para que sigamos adelante, para que demostremos que juntos somos imparables”, dijo el presidente en su cierre de campaña, en Córdoba. En estas elecciones “se decide si seguimos respetando al que piensa distinto, si seguimos integrados al mundo o volvemos a darle la espalda y a continuar en el estancamiento”, agregó el candidato, y volvió a pedirle a la gente que vote: “Todo eso se define con nuestro voto, por esto es tan importante que todos vayamos a votar el domingo”.

Para Macri, la definición entre su candidatura y la de Alberto Fernández es urgente: “Cuanto antes le digamos al mundo que la Argentina que soñamos está en el futuro y no está en el pasado, antes lo vamos a lograr”.

También para la oposición el rumbo político debe marcarse de inmediato. “Lo que Macri ha producido son cuatro millones y medio de pobres. ¿Hasta dónde vamos a llegar? El futuro no es mañana, el futuro es hoy. Hay que empezar a trabajar hoy”, dijo Alberto Fernández. El candidato del Frente de Todos encabezó el acto de cierre de campaña en la provincia de Santa Fe, en Rosario, y en su discurso remarcó que Argentina “necesita otro gobierno”.

Cristina Fernández también fue oradora en ese acto. “Necesitamos unir a todos los argentinos y las argentinas para poder dejar atrás esto que estamos viviendo”, manifestó la ex presidenta, y les dijo a sus seguidores que nunca pensó que iba a “volver a ver familias enteras viviendo en las calles”.

Para la foto

Además del impacto que una victoria en las PASO puede tener en los votantes en octubre, estas primarias funcionan como la encuesta más precisa para medir la intención de voto. La foto que surge de la votación permite, por ejemplo, conocer cómo se comportaron los indecisos cuando tuvieron que enfrentarse a las urnas, porque a diferencia de las elecciones internas uruguayas, en las PASO argentinas el voto es obligatorio, al menos para los ciudadanos de 18 a 70 años.

Además, desde 2011, cuando se instalaron las PASO, la participación en estas elecciones fue apenas unos puntos porcentuales menor (de 1% a 7%) de la que se registró en las elecciones generales, según datos de la organización civil Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (CIPPEC).

Si bien la expectativa está centrada en el apoyo que reúnan las fórmulas Macri-Pichetto y Fernández-Fernández, otro resultado que los partidos y alianzas considerarán el domingo es el que se registre en la provincia de Buenos Aires, que concentra 37% del padrón electoral y es determinante para octubre.

Allí la actual gobernadora macrista, María Eugenia Vidal, se postula a la reelección y compite contra el candidato kirchnerista Axel Kicillof, ex ministro de Economía de Cristina Fernández. En esta provincia el peronismo suele tener buenas votaciones, al menos así fue hasta 2015, cuando ganó Vidal, una dirigente que algunos integrantes de la alianza oficialista querían que reemplazara a Macri en la candidatura a la presidencia.

También en la Ciudad de Buenos Aires compite un candidato macrista, el actual jefe de gobierno, Horacio Rodríguez Larreta, con otro del Frente de Todos, Matías Lammens. Pero en este bastión del oficialismo, las expectativas de la oposición son más reducidas.

Apuntes sobre las PASO

Los resultados de las primarias del domingo son una instancia que permite conocer si fueron efectivas las estrategias electorales utilizadas hasta este momento o si hay que modificarlas, o saber si los votantes se concentran en las dos opciones mayoritarias o se van con terceros candidatos (y con cuáles). Muestra, también, en alguna medida, qué figuras tienen mayor apoyo dentro de un mismo partido y cuáles alejan a los votantes. Con esos datos, se puede optar por mostrar o mantenerlo fuera de la vista.

Durante la campaña que terminó esta semana, Vidal debió aclarar que no tenía intenciones de esconder a Macri, y pidió a la gente que “no les suelte la mano”, ni a ella ni al presidente. Fue necesaria su aclaración porque mientras Macri posteaba en sus redes una foto de la gobernadora, ella tomaba distancia y decía: “Vidal es Vidal, es una mujer que gobierna por primera vez la provincia de Buenos Aires”.

En su informe, el CIPPEC afirma que en estos ocho años de PASO, estas primarias promovieron las alianzas entre partidos, ya fuera para ganar elecciones o para llegar al umbral de 1,5% –exigencia que a su vez funcionó como filtro de candidatos con escaso respaldo–. Por otra parte, los resultados de estas elecciones brindaron a los ciudadanos indicios para optar por el “voto útil” en las generales: “Sabiendo cómo se distribuían los apoyos, una porción de los votantes hizo una opción estratégica”.

De acuerdo con el diario Tiempo Argentino, los cerca de dos millones de ciudadanos que no votaron en las PASO en 2015 fueron aquellos que las encuestadoras identifican como los menos interesados en las propuestas electorales o los desencantados. A su vez, los sondeos estiman que hay más de 6% de indecisos. El analista Raúl Timmerman dijo a ese periódico que estos votantes que no definieron su voto “están concentrados en la clase media-media” y fueron “golpeados por la economía de los últimos tres años, que redujo su poder adquisitivo, pero tienen resistencia a la vuelta” de Cristina Fernández. Los más jóvenes se inclinan hacia el kirchnerismo, mientras que los mayores son más proclives a respaldar a Macri.

Pese a sus expectativas para el domingo, tanto Juntos por el Cambio como el Frente de Todos tienen claro que las PASO son el primer tramo a conquistar. A partir del lunes, la campaña sigue, y queda tiempo para convencer votantes hasta el 27 de octubre, o incluso hasta una segunda vuelta.

Los otros candidatos

Además del Frente de Todos y el oficialista Juntos por el Cambio, en las PASO se presentan otros partidos y alianzas. Según las encuestas, el tercer candidato en la competencia por la presidencia es el ex ministro de Economía Roberto Lavagna, de Consenso Federal, que se presenta como una alternativa al macrismo y al kirchnerismo. Según el diario Clarín, Lavagna reúne un promedio de 8,5% de intención de voto en las distintas encuestas.

Lo sigue José Luis Espert, de Unir, de derecha liberal, con 4%, y Nicolás del Caño, de la alianza FIT-Unidad (Frente de Izquierda y de los Trabajadores-Unidad), con 3,3%. Otra candidata de izquierda, Manuela Castañeira, del Nuevo MAS (Movimiento Al Socialismo), aparece en el pelotón de los que se juegan la posibilidad de competir en octubre.

En la misma situación aparecen varios candidatos minoritarios de derecha. El único que según las encuestas supera el umbral de 1,5% (aparece con 1,6%) es el ex mayor Juan José Centurión, un ex carapintada que dirige el partido Nos. Por debajo de ese porcentaje figuran el neonazi Alejandro Biondini, que se postula por el Frente Patriota; el ex gobernador de Corrientes José Antonio Romero Feris, del Partido Autonomista Nacional; y Raúl Albarracín, que dice compartir “90% de las ideas de Macri”, es candidato del Movimiento de Acción Vecinal, y apenas reúne de apoyo 0,18% en las encuestas.