La Valeta, la capital de la isla de Malta, fue la sede del encuentro en la que los ministros del Interior de Francia, Alemania, Italia y el país anfitrión lograron llegar a un acuerdo para poner en marcha un mecanismo temporal para agilizar el desembarco y redistribución posterior entre países de inmigrantes y refugiados provenientes de África rescatados en aguas del mar Mediterráneo.

El ministro del Interior maltés, Michael Farrugia, anunció el acuerdo alcanzado sobre un documento “común” y explicó que se presentará al resto de los ministros del Interior de la UE el 8 de octubre, según consignó la agencia Europa Press. “Tras esta discusión podremos ver qué países están listos para apoyar este documento” o si hacen falta cambios, explicó el jerarca maltés.

“El número de refugiados a acoger se discutirá el 8 de octubre en Luxemburgo, porque el volumen depende del número de estados miembro que participarán”, aclaró el ministro del Interior alemán, Horst Seehofer, quien confirmó que los cuatros países que se reunieron este lunes en Malta acordaron “plazos claros para la distribución” de “migrantes y refugiados”. El ministro germano se mostró “satisfecho” con el acuerdo y defendió que las oportunidades para llegar a un pacto sobre la reforma de la política europea de asilo “aumentaron”. “No podemos dejar a Malta e Italia solos”, remarcó. Por su parte, el ministro del Interior francés, Christophe Castaner, dijo: “Esto es sólo una etapa. Queremos movilizar al conjunto de países para que, cada uno, asuman sus responsabilidades”.

Por su parte, la ministra del Interior italiana, Luciana Lamorgese –quien hace pocas semanas remplazó en el cargo al ultraderechista Matteo Salvini– consideró “muy importante” el acuerdo sellado, que representa “el primer paso concreto” para una solución “común europea”, recordando que hasta ahora, Malta e Italia “siempre” asumieron la cuestión en solitario.

La ministra del Interior finlandesa, Maria Ohisalo, cuyo país ejerce la presidencia semestral de la UE, también insistió en que resulta “crucial” abandonar el sistema de resolver el problema del desembarco y la redistribución posterior “barco a barco”, acordando “una solución más predecible”, que permita “la rápida reubicación, en base voluntaria a otros estados miembro”, y remarcó la importancia de que el acuerdo pactado por Francia, Alemania, Italia y Malta reciba el apoyo de “un número suficientemente grande” de países, “el máximo posible”.