“Las amenazas iraníes no se dirigen solamente al reino, sino que sus efectos alcanzan Medio Oriente y el mundo”, dijo ayer el príncipe heredero saudí, Mohamed bin Salman, en una conversación telefónica con el ministro de Defensa estadounidense, Mark Esper. Arabia Saudita también aseguró, en este caso mediante un comunicado de la cancillería, que “va a tomar todas las medidas oportunas” cuando se terminen las investigaciones que revelarán la identidad de los responsables del bombardeo que sufrió el sábado una instalación petrolera. Esto obligó a reducir 50% la producción de petróleo saudí, lo que implica 6% del crudo que se elabora a nivel mundial.

El tenor de las declaraciones muestra que lo sucedido el sábado funcionó como un disparador de las acusaciones que desde hace tiempo lanzan Estados Unidos y Arabia Saudita contra Irán. Hasta el fin de semana, estadounidenses y saudíes señalaban al gobierno iraní como sostén de los rebeldes hutíes que enfrentan a la coalición liderada por Arabia Saudita en el cruento conflicto bélico que tiene lugar en Yemen. Pero ahora el reino saudí y la administración que lidera Donald Trum dieron un paso más y señalan a Irán como el responsable de los ataques del sábado –que fueron reivindicados por los rebeldes yemeníes– y prometen que habrá respuesta.

El reino indicó que se llevará adelante una investigación para la que “se va a invitar a expertos internacionales y de la Organización de las Naciones Unidas [ONU]” para que certifiquen “las verdades” acerca del ataque. Cuando estén los resultados, se van a tomar medidas que garanticen la “seguridad y estabilidad” del reino. El comunicado de la cancillería saudí llama a que “la comunidad internacional asuma su responsabilidad en denunciar a quien esté detrás de esto”, para “repeler estos actos salvajes que tocan el nervio de la hegemonía mundial”.

A su vez, el portavoz de la coalición árabe que enfrenta a los rebeldes hutíes en Yemen, Turki al Malki, dijo que “todos los indicios apuntan a que las armas usadas en ambos ataques procedían de Irán”. Además, indicó que si bien todavía se investiga desde qué dirección fueron lanzados, está prácticamente descartado que haya sido de Yemen, tal como aseguran los hutíes.

En una línea similar se manifestó ayer el secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, quien señaló directamente a Irán y aseguró que no hay “pruebas” de que los ataques hayan partido de Yemen. Antes de eso, el domingo de noche, Trump sostuvo que su país está “cargado y listo” para responder. Servicios de inteligencia estadounidenses ya determinaron que la república islámica es la responsable del ataque, según indicaron algunos de sus integrantes a medios de ese país. Por su parte, el mandatario dijo que una vez que estén los resultados de las investigaciones “debemos sentarnos con los saudíes y decidir algo”.

Irán sigue rechazando ser el autor de los ataques y acusa a Estados Unidos de estar buscando una excusa para atacarlo. Uno de los efectos colaterales de esta escalada de tensiones es que el gobierno iraní descartó definitivamente que el presidente, Hassan Rohaní, vaya a reunirse con Trump en Nueva York en el marco de la Asamblea General de la ONU durante la segunda quincena de setiembre.

Precios disparados

La reducción de la producción como consecuencia de los ataques generó preocupación, pese a que tanto Arabia Saudita como Estados Unidos se apresuraron a informar el domingo que cuentan con las reservas suficientes para abastecer la demanda petrolera mundial sin dificultades.

Los precios del petróleo aumentaron hasta 20%, y el Brent (el que se toma como referencia en Europa para fijar los precios de las tarifas) llegó a su precio máximo en casi 30 años, informó la agencia de noticias Reuters. El aumento se frenó cuando el propio Trump anunció que había autorizado la liberación de las reservas estratégicas de petróleo estadounidenses para garantizar el suministro mundial si es necesario. En este sentido, el ministro de Energía, Rick Perry, dijo que “todavía es un poco prematuro hacer comentarios sobre si vamos a necesitar o no” recurrir a las reservas. El aumento al cierre de la jornada era de 15%.

Algunas fuentes del sistema petrolero iraní consultadas por esta agencia dijeron que la reparación de la planta, que seguirá afectando la producción, puede extenderse durante meses –y no semanas, como se había dicho originalmente–.