Si bien el presidente brasileño, Jair Bolsonaro, no hizo referencia al hechos, varios jerarcas se expresaron ayer sobre el asesinato de la niña Ágatha Félix, de ocho años de edad, que murió luego de ser baleada durante un operativo policial ocurrido en la noche del viernes en el barrio Complexo do Alemão, situado en la zona norte de Río de Janeiro. La niña iba en una camioneta rumbo a su casa cuando fue alcanzada en la espalda por disparos efectuados por integrantes de la Policía Militar.

El gobernador del estado de Río de Janeiro, Wilson Witzel, férreo impulsor de la política agresiva de seguridad que ejerce la Policía Militar en la ciudad carioca, dijo ayer durante una conferencia de prensa que tiene “la certeza de que estamos en el camino correcto”, a la vez que le pidió a la oposición, temiendo la politización del caso, que no haga de este hecho “un acto de escarnio a la sociedad, para que el país siga avanzando”.

“Muchas familias han perdido seres queridos por culpa del crimen organizado”, manifestó el derechista Witzel, que atribuyó la muerte de la niña a narcotraficantes. Por su parte, los familiares de la niña –cuyo entierro, que fue acompañado por una multitud, se llevó a cabo el domingo– sostienen la versión de que no hubo un enfrentamiento en el que Agatha fue baleada, sino que fue asesinada durante un “procedimiento de rutina”, según consignó la revista Fórum.

En la conferencia de prensa también participó Rogério Figueiredo, coronel de la Policía Militar de Río de Janeiro, quien dijo que el caso de Ágatha es una acción aislada y que las autoridades están investigando lo ocurrido. No obstante, sólo en el correr de este año en Río de Janeiro fueron asesinados cinco niños –incluyendo a Ágatha– en acciones policiales.

En la misma línea que Witzel se expresó el vicepresidente brasileño, el general Hamilton Mourão. Cuando se le preguntó sobre el asunto, afirmó que la muerte de la niña es el resultado de la “guerra al narcotráfico”, más allá de que testigos del hecho dijeron que en el momento del asesinato los policías comenzaron a disparar contra una moto y que no había habido ningún enfrentamiento. La Policía Militar afirmó en un comunicado que algunas de sus unidades “fueron atacadas desde varias áreas del barrio en forma simultánea” y que los policías “repelieron la agresión”.

El barrio Complexo do Alemão es una de las zonas más conflictivas de Río de Janeiro, y en comparación con el año pasado tuvo un marcado aumento de las muertes violentas en comparación con el año pasado. De acuerdo a datos publicados por el Instituto de Seguridad Pública, entre enero y agosto de este año se registraron 62 muertes, un número igual al registrado en el barrio durante todo el año pasado.

En contraste con la opinión de Witzel y de Mourão, el alcalde de la ciudad de Río de Janeiro, Marcelo Crivella, criticó la política de seguridad impulsada por el gobernador estadual y afirmó que los policías suben “a los morros disparando para todos lados”. Durante un contacto con los medios en la sede del gobierno de la ciudad, Crivella –un político evangélico perteneciente al Partido Republicano Brasileño, una formación de centroderecha que apoyó al Partido de los Trabajadores en las elecciones de 2006, 2010 y 2014– pidió a Witzel que revea la estrategia adoptada para combatir la criminalidad en los barrios. “El caso de la niña Ágatha debe ser un momento de reflexión para todos. Se precisa de la gracia de Dios para que inocentes no sean alcanzados por este intento de combatir la violencia con más violencia. Nunca en la historia de la humanidad la violencia generó paz”, afirmó el alcalde carioca.

Crivella hizo referencia a que este año las escuelas municipales de Río de Janeiro ya fueron cerradas en más de 700 ocasiones y en algunas ocasiones las clases fueron canceladas debido a las acciones policiales que impulsa Witzel. “Si las acciones ocurren luego del inicio del horario escolar, aunque los niños están dentro de las escuelas, quedan atemorizados. Tenemos protocolos de seguridad que fueron establecidos y ensayados, pero es algo muy traumático para los niños”, aseguró.

En medio de la conmoción que generó el asesinato de Ágatha, en la Cámara de Diputados, donde se está analizando el paquete de la ley anticrimen presentado por el ex juex y actual ministro de Seguridad y Justicia, Sérgio Moro, se pretende dar marcha atrás con la reducción de las penas contra los policías y militares que cometan excesos, como prevé la propuesta ministerial.

De acuerdo a algunos diputados, el Código Penal ya respalda suficientemente la actuación de policías y militares, por lo que no se justificaría flexibilizar la actual legislación. Para estos legisladores, la aprobación del texto sugerido por Moro actuaría como un aval de las acciones policiales agresivas, según consignó Folha de São Paulo. Si esta legislación se aprobase, sería muy difícil de implementar una pena para los responsables del asesinato de Ágatha.