El Parlamento de Irak aprobó este domingo una resolución en la que insta al gobierno de su país a expulsar a las tropas de Estados Unidos, después de que el Ejecutivo señalara que ese país excedió los cometidos de su misión al ordenar y ejecutar el asesinato, en Bagdad, del general Qasem Soleimaní, jefe de la Fuerza Al Quds de la Guardia Revolucionaria iraní, y el del comandante de las Fuerzas de Movilización Popular (FMP, que reúne a varias milicias), el militar iraquí Abu Mahdi al Muhandis.

La moción fue presentada por la alianza Fatah, una fuerza política cercana al gobierno iraní y a las FMP, que hace tiempo reclama la salida de las tropas estadounidenses. En esta ocasión, contó con el respaldo del oficialismo y de otras formaciones políticas iraquíes para una resolución que tenía dos argumentos principales: que la misión de las tropas ya está cumplida (fueron invitadas en 2014 para luchar contra el grupo yihadista Estado Islámico) y que su cometido fue excedido con los asesinatos del viernes. A este punto se refirió este domingo en el Parlamento Adel Abdelmahdi, primer ministro saliente, ya que presentó su renuncia en noviembre por las protestas en contra del gobierno. “Pese a las dificultades externas e internas a las que nos podamos enfrentar, [la salida de las tropas] es lo mejor para Irak”, aseguró. No fue la única acción del gobierno, que también presentó una queja ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, al considerar que la acción del viernes implicó “una peligrosa violación de la soberanía de Irak y de las reglas de la presencia de Estados Unidos”.

La resolución aprobada por el Parlamento no es vinculante, pero el Ejecutivo ya anunció que la utilizará para negociar con Estados Unidos y pedir su retirada.

El secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, restó importancia a esta petición. “Estamos seguros de que el pueblo iraquí quiere que Estados Unidos continúe allí para luchar en una campaña de antiterrorismo”, aseguró. En la misma línea, Pompeo informó que su país se está preparando “para todo tipo de respuestas” tras el asesinato de Soleimaní, entre otras cosas aumentando el número de militares desplegados en Oriente Medio.

Entre las reacciones, también estuvo la decisión de la OTAN de suspender los ejercicios militares conjuntos con las tropas iraquíes por temor a la respuesta de las milicias y los propios soldados iraquíes.

Las reacciones ya comenzaron. Distintas milicias iraquíes proiraníes llamaron a sus seguidores a prepararse para vengar la muerte de Soleimaní y el sábado varios cohetes cayeron en la Zona Verde de Bagdad, donde se encuentra la embajada estadounidense, así como en una base en la que hay tropas de ese país. Nadie reivindicó ese ataque y las distintas milicias todavía no parecen haber articulado sus acciones, pero sí dieron un ultimátum a los propios iraquíes: tenían hasta la tarde de este domingo para alejarse mil metros de las bases con presencia estadounidense, hacia las cuales estarían dirigidos sus ataques.

Irán y Estados Unidos cruzan amenazas

Todo esto sucedía en Irak mientras en Irán empezaba la despedida de Soleimaní, cuyo cuerpo fue repatriado este domingo. Serán tres días de despedida en distintos lugares del país que serán transmitidos casi constantemente por la televisión pública. Soleimaní era uno de los principales dirigentes de la Guardia Revolucionaria iraní, cuya misión es defender la Constitución derivada de la Revolución Islámica y está bajo las direcciones del líder supremo, cargo ocupado actualmente por el ayatolá Alí Jamenei. Tanto él como el gobierno de Hasan Rohani y las Fuerzas Armadas prometieron venganza por el asesinato.

Ante esas declaraciones, el presidente estadounidense, Donald Trump, advirtió a través de Twitter que “si Irán golpea a cualquier estadounidense, o activos estadounidenses”, su país tiene localizadas 52 ubicaciones, “algunas de muy alto nivel e importancia para Irán y la cultura iraní”, que serán “golpeados muy rápido y muy fuerte”.

El Ejército iraní respondió a estas declaraciones. Su comandante en jefe, el general Abdolrahim Musavi, puso en duda que Estados Unidos tenga el “coraje” de llevar a cabo su amenaza. “Dicen este tipo de cosas para desviar la atención de la opinión pública mundial de su acto odioso e injustificable”, agregó.

Por otra parte, el gobierno iraní aseguró que a raíz de este último suceso pone fin a todas las restricciones que pesaban sobre su programa nuclear impuestas por el acuerdo de 2015 con varios países, entre ellos Estados Unidos, Rusia y varios de la Unión Europea.

Tibia defensa

El ataque estadounidense en territorio iraquí generó rechazo de varios países, entre ellos Turquía y Rusia, pero también tuvo algunas defensas, las del primer ministro británico, Boris Johnson, y el presidente francés, Emmanuel Macron, que se reunieron ayer. Johnson dijo tras el encuentro que “no lamentará” la muerte de Soleimaní, ya que “representaba una amenaza para todos nuestros intereses y fue responsable de un patrón de comportamiento perturbador y desestabilizador en la región”. Por su parte, Macron manifestó su “total solidaridad” con Estados Unidos y su preocupación por las actividades “desestabilizadoras” de la fuerza de la Guardia Revolucionaria que dirigía Soleimaní. En lo que pareció un guiño al gobierno iraquí, agregó que, ahora, “la prioridad debe ser continuar la acción de la coalición internacional contra el Estado Islámico en el pleno respeto de la soberanía de Irak”.