Cientos de personas se manifestaron este domingo en Irán, por segundo día consecutivo, en una serie de protestas que comenzó a mediados de noviembre, pero ahora pusieron el foco en el derribo de un avión de pasajeros por parte del gobierno.

En la madrugada del sábado, el gobierno de Irán reconoció que accidentalmente derribó el avión, de Ukraine International, después de rechazar las acusaciones en ese sentido de Estados Unidos y Canadá. El presidente de Irán, Hasan Rohani, informó que las Fuerzas Armadas del país verificaron que, “lamentablemente, misiles lanzados por un error humano causaron la horrible caída del avión ucraniano y la muerte de 176 personas inocentes”. En un comunicado, el gobierno explicó que durante esos lanzamientos –que fueron en la madrugada del miércoles, mientras Irán atacaba dos bases militares en Irak en las que están asentadas tropas estadounidenses– el avión pasó cerca de un centro militar de los Guardianes de la Revolución con “una altura y una posición de vuelo de un objetivo enemigo”. Considerando que podía tratarse de una respuesta de Estados Unidos ante el ataque y teniendo en cuenta “el aumento sin precedentes de los movimientos aéreos en la región”, en especial de “vuelos de guerra de las fuerzas estadounidenses alrededor del país”, las Fuerzas Armadas derribaron el aparato.

Rohani agregó que “se necesita más investigación para identificar todas las causas y las raíces de esta tragedia y enjuiciar a los responsables de este error imperdonable”. Después de ese reconocimiento, el presidente ucraniano, Vladimir Zelenski, dijo que espera un “pleno reconocimiento de culpabilidad” por el derribo. “Esperamos de Irán que lleve a los responsables ante la Justicia, devuelva los cuerpos, pague una indemnización y publique una disculpa oficial. La investigación tiene que ser completa y abierta, y debe continuar sin retrasos o obstáculos”, escribió en Twitter.

Estados Unidos exigió el fin de los ataques a bases en Irak

El secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, dijo ayer que “deben acabar” los ataques contra objetivos estadounidenses en Irak, cuyos responsables son las milicias proiraníes que buscan vengar la muerte de Soleimani.

El domingo, cuatro miembros de las Fuerzas Aéreas de Irak fueron heridos por cohetes lanzados contra la base militar de Al Balad, en la que están apostadas tropas estadounidenses. Después del asesinato de Soleimani, las milicias proiraníes pidieron a los iraquíes que dejaran las bases en las que había presencia estadounidense ante la inminencia de ataques para vengar el asesinato.

Estos ataques se han producido de forma constante en la última semana. Pompeo dijo que está “indignado” por estos ataques, que son “violaciones a la soberanía de Irak” y “deben acabar”, y exigió al gobierno de Irak “que haga rendir cuentas a los responsables”.

Las movilizaciones

Las protestas en Irán, que comenzaron en noviembre contra el precio de la gasolina, parecieron terminar en las últimas semanas, después de que Estados Unidos asesinara a Qasem Soleimani, comandante de una de las fuerzas que integran los Guardianes de la Revolución. Las movilizaciones fueron lideradas por estudiantes de clase media alta y reprimidas por las fuerzas de seguridad locales. En los últimos meses, el gobierno bloqueó internet de forma esporádica, lo que dificultó tanto la convocatoria de algunas movilizaciones, que se hacía por redes sociales, como el acceso a la información de lo que allí estaba sucediendo.

Pero las convocatorias volvieron para este sábado, cuando cientos de personas se reunieron en las puertas de dos universidades en Teherán, en principio para hacer una vigilia por las 176 personas que viajaban en el avión derribado por las Fuerzas Armadas, que derivó en una protesta contra las autoridades. De acuerdo con la agencia semiestatal Fars, el domingo unas 1.000 personas corearon consignas contra los líderes políticos y militares, a los que catalogaron de “mentirosos”, pidieron que sean llevados ante la Justicia y rompieron fotos de Soleimani. Las protestas fueron dispersadas por las fuerzas de seguridad, que, según algunos reportes, recurrieron a gases lacrimógenos.

En la protesta también hubo espacio para rechazar a Estados Unidos. Además de cánticos en contra de su injerencia en la región, los estudiantes de la Universidad Amirkabir de Teherán, uno de los centros utilizados por ellos, emitieron un comunicado en el critican “el imperialismo” de Estados Unidos en la región, que “no ha hecho sino hacer proliferar el caos”. Sin embargo, también llamaron al gobierno a no usarlo como “excusa para la represión interna”.

Si bien menores a las protestas previas, fueron utilizadas por el presidente estadounidense, Donald Trump, para ir contra el gobierno iraní. “Para el pueblo iraní, valiente y sufriente: he estado con ustedes desde el comienzo de mi presidencia y mi gobierno continuará apoyándolos. Estamos siguiendo de cerca sus protestas. Su valentía es inspiradora”, tuiteó. Más adelante, advirtió al gobierno iraní: “No maten a sus protestantes [...]. El mundo está mirando”.

Un hecho inesperado sacudió la jornada de movilizaciones: fue detenido brevemente el embajador de Reino Unido, Robert Macaire. Según las autoridades iraníes, participó en la protesta del sábado, una actividad que la cancillería calificó de ilegal en un comunicado emitido sobre este tema. Sin embargo, Macaire dijo que no participó en la protesta en sí, sino que pasaba por el lugar donde se estaba haciendo una movilización.

El secretario de Asuntos Exteriores de Reino Unido, Dominic Raab, emitió una declaración en la que rechaza la detención “sin motivo ni explicación”, lo que consideró una “violación flagrante del derecho internacional”.

Estos hechos provocaron que se hiciera ayer una segunda movilización, de unas 200 personas, según agencias internacionales, de seguidores del gobierno iraní que protestaron por la actuación de Macaire frente a la embajada británica en Teherán.

Francia, Alemania y Reino Unido exigen a Irán que cumpla con el acuerdo nuclear

“Es esencial que Irán vuelva al pleno respeto de sus obligaciones contenidas en el acuerdo. Hemos mostrado nuestra profunda preocupación frente a las acciones emprendidas por Irán en la violación de sus compromisos desde julio de 2019”, indica un comunicado conjunto emitido ayer por Francia, Alemania y Reino Unido, firmantes en 2015 del acuerdo sobre el programa nuclear iraní junto con Irán y Estados Unidos. Desde la salida de este último del pacto, tras la llegada de Trump al poder, Irán exigió a los países europeos que garanticen el cumplimiento del acuerdo o él mismo dejaría de cumplirlo, algo que empezó a hacer el año pasado. Esos primeros pasos en 2019 fueron consumados después del asesinato de Soleimani, cuando Irán anunció que abandonaba definitivamente el pacto.

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