Este sábado el Sindicato Único Nacional de la Construcción y Anexos (SUNCA) comunicó que el Ejecutivo Nacional del sindicato aprobó el acuerdo firmado con el gobierno y los empresarios para poner en marcha “una licencia especial, del 24 de marzo hasta el domingo 5 de abril, que, al unirse con la licencia reglamentaria de turismo, a partir del 6 de abril al 12” de ese mes, permitirá, por 20 días, tomar medidas de aislamiento para evitar la expansión del SARS‑Cov‑2, el nuevo coronavirus.

El acuerdo cubre a quienes trabajan, en todo el país, en la construcción y las ramas anexas –extracción, cerámica, hormigón y peajes–, y establece una licencia especial de 16.505,52 pesos, que se cobrarán por única vez.

Daniel Diverio, secretario general del SUNCA, explicó a la diaria que el Banco de Previsión Social será el encargado de hacer los pagos de los vacacionales. El financiamiento estará distribuido entre las tres partes: de 30% se hará cargo el Estado, 50% será aportado por las cámaras empresariales y 20%, por los trabajadores. “Nosotros tomamos un día de licencia que deberíamos cobrar en fin de año y lo aportamos ahora; es una forma de financiación”, comentó.

Desde el jueves 19 se negociaba un acuerdo, pero, como recién se resolvió este sábado, la licencia empieza a regir el martes 24. Diverio aclaró que, por razones de seguridad, las obras tienen que acondicionarse para el paro de la actividad y saludó que se haya llegado “al objetivo de que los trabajadores puedan hacer la cuarentena con sus familias”.

Además, el SUNCA reclama que el gobierno postergue el aumento de las tarifas, un planteo hecho antes por el PIT‑CNT y la Intersocial. “Las consecuencias de esta crisis nos afectan a todas y todos, pero no por igual, hay que estar al lado de los sectores más vulnerables de nuestro pueblo”, dice el comunicado.

Diverio aseguró que las medidas que tomó el gobierno en materia económica “van a contrapelo de la necesidad” de la población. “Con salarios tan menguados, está bravo mantenerse en aislamiento. A su vez, se deja que el dólar se dispare casi a 50 pesos para beneficiar al exportador. Está claro que eso genera inflación, es pérdida de poder adquisitivo y de consumo. Con el salario jodido no se puede hacer una aumento de tarifas por encima de la inflación”, concluyó.

Factores de riesgo

En un video publicado en Facebook, Diverio menciona que el Ejecutivo Nacional del SUNCA tuvo que tomar medidas “difíciles” y decidió suspender “las asambleas de obra, los plenarios departamentales y las movilizaciones”, para cuidar a los trabajadores en general. “La segunda acción que decidimos hacer fue recorrer todo el país, hablar con los compañeros militantes que tenemos, obra por obra, y asegurar que en cada obra estuvieran dadas las condiciones para no correr riesgos de ser contagiados por este virus”, explica Diverio.

El dirigente cuenta que “después pasó el tiempo, se agravó la situación” con la alerta sanitaria y pasaron “rápidamente” a preocuparse por buscar alternativas “para que los trabajadores y sus familias tuvieran las condiciones para no correr riesgos ante esta situación”.

Para Diverio, los trabajadores de la construcción se trasladan durante el año “cientos, miles de kilómetros” para trabajar, lo que representa “un factor de riesgo”. Pero también hay muchos trabajadores que “están en la franja etaria de riesgo, porque son mayores de 60 años”, y grandes obras que concentran muchos trabajadores, como la de la segunda planta de UPM, en Durazno, “otras obras periféricas” que hay en Tacuarembó, la obra de la planta de cemento en Treinta Tres y algunas obras en Maldonado que tienen “300 o 400 trabajadores”, informó. “Yo creo que era importante pelear ya no sólo para tener las condiciones de higiene en las obras, sino para buscar una alternativa que permitiera bajar los riegos que corrían los compañeros. A eso teníamos que sumarle que nuestros compañeros viven en las casonas con hasta diez compañeros. Ese era un riego para los trabajadores y para el propio centro poblado”, agregó.