El viernes 13 de marzo, mientras el presidente de la República, Luis Lacalle Pou, decretaba la emergencia sanitaria ante la confirmación de los primeros casos de coronavirus en Uruguay, a pocos kilómetros de la Torre Ejecutiva, en el predio ubicado en la rambla Wilson y Bulevar Artigas, se hacía la prueba de sonido del festival Montevideo Rock, que sería al día siguiente. Entre otras cosas, el decretó estableció, como todo el mundo lo sabe, la suspensión de los espectáculos públicos: hace exactamente dos meses, aquellos acordes que sonaron al aire libre en esa prueba de sonido fueron los últimos.

En aquel momento, enseguida se creó un grupo de Whatsapp entre productores, mánagers y gente vinculada con las salas de música, que se llamó “Uruguay es música”, para empezar a apoyarse mutuamente y ver qué salidas podría haber ante la situación que se empezaba a vivir, según cuenta Gustavo Berriel, gestor cultural, mánager de bandas y uno de los que estaban trabajando aquella tarde en la previa del Montevideo Rock.

En paralelo, también se creó el colectivo TécnicosUy, que nuclea a varia gente ligada al proceso que implica montar un espectáculo musical, desde técnicos de sonido, iluminadores y “plomos” ‒quienes se encargan de trasladar los equipos‒. Berriel cuenta que la movida empezó con un puñado de entre cinco y diez personas, que vieron que si bien había colegas técnicos que quizá estaban más “seguros” porque trabajan en salas de instituciones del Estado, como el auditorio del SODRE o el teatro Solís, muchos otros trabajan por jornal, por lo tanto, si no hay espectáculos musicales, directamente no cobran, y están en una situación complicada.

Así fue cómo se empezó a confeccionar una lista de los técnicos que precisaban algún tipo de ayuda, y en los primeros 15 días ya eran cerca de 80 a los que se les entregó canastas con alimentos básicos y productos de limpieza. Para la segunda entrega se anotaron 200 personas, y en este momento la lista es de 270. Berriel estima que para dentro de unos días, cuando se haga la tercera entrega, se llegará a 300 personas de todo el país. “Fuimos los primeros en apagarnos y seremos los últimos en volver a encendernos”, dice un comunicado del colectivo, en el que se informa que se puede donar por medio de la cuenta del BROU, caja de ahorro en pesos, número 000606393-00003, y en el colectivo Abitab, número 109588. También se puede escribir al mail [email protected].

Por ahora es todo a pulmón, pero Berriel señala que se comunicaron tanto con autoridades de la Intendencia de Montevideo (IM) como del Ministerio de Desarrollo Social para ver si pueden colaborar. Además, consigna que hubo apoyos de algunas empresas, y también del Movimiento de Participación Popular, que donó 50 canastas. Por último, Berriel subraya que como todavía no se sabe cuándo se podrá volver a hacer espectáculos públicos, se están armando comisiones con distintas personas vinculadas a la música, que aportarán su experiencia para idear un plan para el regreso ‒con qué protocolos, por ejemplo‒ y conformarán una mesa de diálogo con las distintas autoridades, ya sea del Ministerio de Educación y Cultura como de la IM.