En un contacto con medios de prensa, el presidente brasileño, Jair Bolsonaro, afirmó por primera vez, en la noche de este lunes, que lamentaba la cantidad de muertes por covid-19 en el país, que de acuerdo a cifras oficiales son ya 11.519. Sin embargo, volvió a insistir en la necesidad que tiene el país de reabrir su economía para evitar males mayores. “Yo lamento cada muerte que ocurre cada hora. Lo lamento”, afirmó el mandatario ultraderechista cuando se le preguntó sobre la situación sanitaria del país, a la salida del Palacio de la Alvorada, de acuerdo a lo que informó Folha de São Paulo.

Bolsonaro venía ignorando las cifras de muertes y contagios por covid-19 en el país –que ya suman casi 170.000– e incluso el sábado, día en que se pasó la barrera simbólica de los 10.000 fallecimientos, el ex capitán no hizo referencia al tema, pero sí paseó en una moto de agua por un lago de Brasilia.

De todas maneras y a pesar de haber manifestado su pesar por los fallecimientos, Bolsonaro de inmediato volvió a defender su postura de reabrir la economía. Según él, los problemas económicos ocasionarán otras muertes a causa de la violencia. “Cada vez que aumenta el porcentaje de desempleados en Brasil crece la violencia y mueren personas por otras causas, entonces eso también lo tenemos que tener en cuenta”, afirmó.

En este sentido, durante la tarde del lunes el mandatario comunicó que firmó un decreto que establece como servicios esenciales aquellos que brindan los gimnasios y las peluquerías, por lo que podrán volver a funcionar, contraviniendo las normas impuestas por los gobernadores estaduales de restricción de muchas ramas de la actividad, entre otras las que alcanza el decreto presidencial. Bolsonaro argumentó que “la salud es vida” y dijo en las peluquerías y barberías se promueve la higiene, y en los gimnasios la salud física, por lo que deben estar abiertos.

Por otra parte, durante su contacto con los medios de prensa se mostró en contra de que la Policía Federal divulgue en forma íntegra un video de una reunión ministerial en el que se probaría la denuncia presentada por el ex ministro de Justicia y Seguridad Pública Sérgio Moro, quien en el momento de su renuncia expresó que en dicha sesión, celebrada el 22 de abril, el presidente intentó interferir en la designación del director general de la Policía Federal, argumentando, según dijo el ex juez, que pretendía tener acceso a informes secretos de la Policía. Este pedido podría ser considerado un delito, por lo que, en caso de ser probado, eventualmente provocaría la destitución temporal de Bolsonaro de la presidencia.

El video fue entregado por el propio presidente al Supremo Tribunal Federal (STF) el viernes, pero a criterio del mandatario es de carácter privado, por lo que sólo debería ser hecho público el tramo en el que habla del tema con Moro, a fin de salir de dudas con respecto a las acusaciones. “¿Es justo exponer lo que hablamos sobre política externa, seguridad nacional, hacer público todo eso?”, se preguntó el mandatario, y agregó: “Ahí se complica el tema. Yo no me negué a darle el video entero a la Justicia, pero espero que los otros poderes traten el tema de forma justa”, agregó.

La versión completa de la sesión ministerial será exhibida este martes en la sede de la Policía Federal, en Brasilia. A la cita asistirá Moro acompañado por su abogado, además de autoridades policiales y representantes de la Justicia, según informó CNN Brasil.

Los dichos de Moro fueron refrendados este lunes por el ex director de la Policía Federal Maurício Valeixo, quien, de acuerdo a lo que informó la red Globo, afirmó durante una declaración a investigadores del caso que Bolsonaro le dijo que pretendía tener en el cargo a alguien con quien tuviera “más afinidad”.

El presidente no estaba cómodo con las investigaciones que lleva adelante la Policía en el estado de Río de Janeiro, en las que aparecen involucrados en actividades delictivas sus hijos y algunos de sus aliados políticos.