El Partido Demócrata informó que la confirmación de la candidatura presidencial del aspirante de este sector, el ex vicepresidente Joe Biden, se realizará en una convención virtual, que se realizará entre el 17 y el 20 de agosto en la ciudad de Milwaukke, en Wisconsin, donde los electores de cada estado enviarán sus votos online.

Usualmente las convenciones partidarias en las que se eligen a los candidatos suelen ser eventos coloridos y multitudinarios, pero en este caso la pandemia de coronavirus motivó el lógico cambio de condiciones.

Además, a diferencia de lo que ha pasado en otras ocasiones, hay poco que definir en la convención, porque ante la retirada de los otros postulantes, ya se sabe desde hace meses que Biden será el rival del actual mandatario Donald Trump en las elecciones que están fijadas para el día 3 de noviembre.

Se estima de todas maneras que, aunque la convención sea virtual, Biden se haga presente en el lugar para aceptar la nominación y brindar un discurso de campaña. Hablando de campaña, tanto el aspirante demócrata de 77 años de edad como Trump, de 73, ya comenzaron a realizar actos apuntando a las elecciones.

Si bien desde que comenzó la pandemia Biden se mantuvo la mayor parte del tiempo en su casa, en la localidad de Wilmington, en el estado de Delaware, en las últimas semanas -sobre todo después del estallido social que sobrevino tras el asesinato a manos de la policía de George Floyd- comenzó a participar en pequeños eventos en varios estados del país.

Este jueves el candidato demócrata realizó una visita a la ciudad de Lancaster, en Pennsylvania, en la que luego de reunirse con familias del lugar, realizó un discurso en el que atacó con vehemencia a Trump respecto a su actitud frente a la pandemia de coronavirus, que en Estados Unidos suma casi 2 millones y medio de casos confirmados, en tanto que casi 125.000 decesos se le atribuyen al virus.

Biden calificó a Trump de ser “insensible” respecto a la cuestión sanitaria que vive el país y luego dijo que el líder republicano “actúa como un niño que simplemente no puede creer que esto le haya sucedido. Se queja de todo y se compadece de sí mismo”, agregó el demócrata, quien sentenció que “esta pandemia no le sucedió a él. Nos sucedió a todos”.

Mientras tanto el presidente Trump estuvo este jueves en el estado de Wisconsin, desde donde envió un mensaje en su cuenta de Twitter respecto al sostenido aumento de los casos de covid-19 en el país.

“El número de casos del Chinovirus aumentan debido a la gran cantidad de test, mientras que el número de muertes (tasa de mortalidad) disminuye. ¡Las Fake News no te van a decir eso!”, afirmó Trump, quien de acuerdo a todas las encuestas de opinión de voto viene corriendo de atrás a Biden.

Un sondeo realizado por The New York Times divulgado esta semana posicionó a Biden con 50% de los apoyos contra 36% de Trump, pero además otro estudio más detallado, realizado por el diario neoyorquino junto a la Siena College, una universidad privada con sede en Colonie, en el estado de Nueva York, develó algunas de las claves de la actual ventaja que tiene el candidato demócrata.

Según este estudio, Biden va delante de Trump en seis estados considerados muy importantes en las elecciones de noviembre, Pensilvania, Michigan, Florida, Arizona, Wisconsin y Carolina del Norte. El dato no es nada menor teniendo en cuenta que en las elecciones de 2016, Trump se impuso en todos estos distritos, siendo fundamentales para su victoria sobre la demócrata Hillary Clinton.

De acuerdo a este sondeo, que fue consignado por el portal de noticias Axios, la ventaja de Biden es de dos dígitos en algunos estados: 11 puntos en Michigan y Wisconsin y 10 en Pensilvania. Además, el demócrata está adelante por nueve puntos en Carolina del Norte, siete puntos en Arizona y seis puntos en Florida.

La desventaja que tiene Trump en este momento se le atribuye a la pérdida de apoyos que está teniendo en el electorado blanco, sector que lo llevó a ganar los comicios hace cuatro años.

De hecho, en varios estudios de opinión se reveló que, en estados con una importante base blanca de clase trabajadora, como Michigan, el apoyo al Partido Republicano se redujo drásticamente.