El gobierno de Corea del Norte ordenó y llevó a cabo la destrucción de su oficina de enlace con Corea del Sur, situada en la localidad fronteriza de Kaesong, en una acción que acrecienta las tensiones siempre latentes entre ambos países. La explosión de la pequeña oficina se produjo después de que Pyongyang alertara a las autoridades surcoreanas de que tomaría medidas si desde el sur no se detenía el envío mediante globos de panfletos propagandísticos en los que se atacaba al régimen del norte y a su líder, Kim Jong-un.

Luego de una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad Nacional, desde Seúl se emitió un comunicado en el que se aseveró que la destrucción de la oficina de enlace “es un acto que viola la esperanza de todo el pueblo que desea el progreso de las relaciones intercoreanas y la paz duradera en la península coreana”. Paralelamente, según informó la agencia de noticias surcoreana Yonhap, el gobierno de Corea del Sur que encabeza el presidente Moon Jae-in expresó su “profundo pesar” por la situación, al tiempo que advirtió a Pyongyang que no agrave la situación.

El Ministerio de Unificación surcoreano también emitió un comunicado en el que calificó la destrucción de la oficina de “insensata” e “inaudita” en las relaciones intercoreanas, y una violación de un acuerdo de la cumbre de 2018 entre las dos Coreas, agregando que las autoridades del norte deberían asumir toda la responsabilidad por el acto.

Por su parte, la Agencia Central de Noticias de Corea del Norte comunicó que su país “puso en práctica la medida de destruir la oficina de enlace conjunta entre el Norte y el Sur, en el Distrito Industrial de Kaesong, como medida del corte de todas las líneas de comunicación entre el Norte y el Sur”. La destrucción de la oficina, se argumentó desde el norte, se encuentra en consonancia con la “mentalidad del enfadado pueblo, para forzar a la escoria humana y a aquellos que han refugiado a la escoria a pagar por sus crímenes”, haciendo referencia a los desertores norcoreanos que residen en Corea del Sur, quienes son los principales promotores de la propaganda contra el régimen de Pyongyang.