Las elecciones en el País Vasco y Galicia, que originalmente habían sido fijadas para el 5 de abril, fueron pospuestas por la pandemia y se realizarán finalmente este domingo. Las dos comunidades autónomas, al igual que en el resto de España, siguen enfrentando rebrotes del virus.

De hecho, algunos centenares de ciudadanos de ambas comunidades no podrán votar en forma presencial porque actualmente tienen el virus. Esta situación afecta a 269 ciudadanos gallegos y a 200 vascos, que de todas maneras tienen la posibilidad de emitir su voto por correo, una modalidad que esta vez, debido a la crisis sanitaria, tuvo una aceptación mucho más alta que de costumbre. Tampoco podrán votar en sus circuitos quienes se hayan hecho un test de diagnóstico de covid-19 y no hayan recibido el resultado negativo antes de este domingo.

La peculiaridad de las elecciones llevó a que se tomaran algunas medidas especiales para evitar transgredir las normas impuestas para evitar la propagación de la enfermedad. Por ejemplo, será obligatorio el uso de tapaboca y los votantes únicamente se lo podrán retirar si alguno de los integrantes de la mesa electoral se lo solicita para facilitar su identificación. Además, si bien los ciudadanos deberán mostrar, como es habitual, sus documentos de identidad en el momento de votar, no se los entregarán a los integrantes de las mesas, sino que ellos mismos los sostendrán para que se le puedan tomar los datos.

También la campaña electoral fue atípica, sin grandes actos ni reuniones y con mucha propaganda virtual y mensajes grabados de los referentes políticos de cada sector.

De acuerdo con las últimas encuestas, en estas elecciones no habrá grandes cambios políticos en los gobiernos de estas comunidades autónomas. En Galicia se prevé que el Partido Popular (PP) será el ganador, una vez más. Según los sondeos, esta organización política de derecha que lidera el actual presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, obtendría la mayoría absoluta e incluso sumaría dos escaños más de los que obtuvo en las anteriores elecciones, realizadas en 2016.

Lo más relevante de las elecciones en Galicia será el resultado para el segundo puesto, porque los sondeos muestran que están compitiendo cabeza a cabeza el Partido Socialista Obrero Español y el Bloque Nacionalista Galego. Actualmente, esta organización nacionalista e independentista de izquierda tiene sólo seis de los 75 escaños del parlamento regional.

Además, habrá que ver si los ultraderechistas de Vox logran entrar al parlamento gallego. La posibilidad parece por ahora remota dado que en las encuestas figuran lejos del piso de 5% requerido para obtener representación parlamentaria.

En el País Vasco todo indica que el ganador será el Partido Nacionalista Vasco (PNV), tal como sucedió en todas las elecciones que se celebraron en dicho territorio desde la restauración democrática. En ese caso, el lehendakari seguirá siendo Iñigo Urkullu. Se estima que el PNV obtendrá 40% de los votos, por lo que no llegará a la mayoría necesaria para votar por su cuenta al próximo gobernante regional, pero una coalición con los socialistas, que de acuerdo a las encuestas saldrían terceros con cerca de 14% de los votos, posibilitaría la continuidad del actual Ejecutivo autonómico. Segundos en estas elecciones saldrían los izquierdistas de Bildu, que según las encuestas alcanzarán cerca de 23% de los apoyos. Muy lejos quedarán las otras formaciones políticas. Podemos rondará el 11%, el PP el 8% y más abajo aún quedará Vox, que puede llegar a 2% y no obtendrá escaño alguno.

Los ultraderechistas encuentran fuertes resistencias dentro del electorado vasco, reacio a los partidos de derecha y centralistas. Paradojalmente, el líder de Vox, Santiago Abascal, es bilbaíno. La campaña de Vox en territorio vasco ha estado llena de dificultades y de hecho en las últimas horas los representantes de ese partido denunciaron ante la Junta Electoral que su propaganda no llegó a varias ciudades y localidades vascas.

Consciente de ello seguramente, los dirigentes de Vox no han ahorrado palabras desafortunadas en sus reducidos actos en el País Vasco. Así fue el que pasado domingo, de acuerdo a lo que informó el portal Europa Press, el número dos de Vox, Javier Ortega Smith, además de decir que el PNV es un partido integrado por “cuatro gatos locos”, la emprendió contra el euskera batúa, el idioma de los vascos.

En un video que circula por las redes el dirigente del partido ultraderechista y xenófobo, dijo que el euskera batúa recurre a palabras “inventadas” y procedentes de “dialectos de distintas aldeas que no se entendían entre ellas”. Las afirmaciones de Ortega Smith tuvieron miles de réplicas en redes y en una de ellas una usuaria recordó que todos los idiomas toman palabras prestadas de otros y especificó, dirigiéndose al político, que “el castellano también ha adaptado palabras del euskera, entre ellas, “izquierda”, sin la cual el 95% de tu discurso se iría a la putísima mierda”.