Pandemia de coronavirus de por medio, la política no se detiene en Perú y el foco volvió a estar en un enfrentamiento entre el presidente, Martín Vizcarra, y el Congreso, atomizado de pequeños y jóvenes partidos políticos, algunos creados expresamente para las elecciones de enero.

Porque ese es el antecedente inmediato: el año pasado Vizcarra, avalado por la Constitución, ordenó la disolución del Congreso y convocó a nuevas elecciones. La decisión fue respaldada por la mayoría de la ciudadanía, según las encuestas, y fueron varios los partidos que hicieron campaña utilizando como bandera las reformas contra la corrupción impulsadas por el presidente, que no integra ni respalda a ningún partido político. Así las cosas, asumió el nuevo Congreso pero muy brevemente, ya que menos de un mes después llegó a Perú la pandemia del coronavirus.

Pero aunque fuera sesionando a la distancia, el nuevo Congreso también dejó claro que, pese a la campaña y las promesas, no facilitaría a Vizcarra gobernar ni impulsar las reformas que buscaba.

En distintas sesiones virtuales los legisladores aprobaron varias medidas a las que Vizcarra se opuso, como liberar parcialmente los retiros a los fondos privados de pensiones –generando un problema a futuro para la previsión social, pero también descapitalizando al principal financista del país– y suprimir los peajes en las carreteras concesionadas –algo que los inversionistas consideraron que es “desmotivador” y genera una situación de “inseguridad jurídica”–. Además, el nuevo Congreso, que cuenta con varios dueños de universidades en sus bancas, busca socavar el poder de la Superintendencia Nacional de Educación Universitaria para emitir licencias de funcionamiento a los centros de estudio según la calidad de su enseñanza.

En medio de una pandemia que va dejando en Perú más de 300.000 contagios y más de 10.000 fallecidos, Vizcarra adoptó varias iniciativas mediante decretos, y estas polémicas quedaron a un costado hasta la maratónica sesión que comenzó el viernes de noche. En ella, el Congreso se negó a aprobar la reforma política que, entre otras cosas, incluye la eliminación de la inmunidad parlamentaria –en la que se han resguardado decenas de legisladores– y el impedimento para que participen en elecciones los condenados a más de cuatro años de prisión por delitos contra la administración pública.

Ante esto, Vizcarra dio este domingo un mensaje a la nación en el que anunció que convocaba a un referéndum para someter a aprobación popular ambas disposiciones junto a las elecciones de abril de 2021, en las que se elegirá presidente y legisladores. Vizcarra ya ha dicho que no participará en esa instancia.

“Algunos congresistas de este nuevo Congreso, ese que prometía cambiar las cosas, le dieron la espalda al pueblo al no aprobar la eliminación de la inmunidad parlamentaria”, criticó Vizcarra en un duro pronunciamiento. “¿El objetivo no era limpiar la política de la corrupción y otros delitos? ¿No era tener mejores autoridades y representantes?”, preguntó.

Además, el presidente anunció que presentará un nuevo proyecto de ley para evitar que las personas condenadas puedan presentarse en las elecciones de 2021.

Los legisladores

Antes de que Vizcarra diera este mensaje, el Congreso había convocado para la noche de este domingo una nueva sesión virtual en la que, según lo anunciado, se volvería a analizar estos temas.

En el comienzo de esa sesión, varios congresistas se pronunciaron en contra de las declaraciones del presidente. “Tenemos toda la voluntad política de hacer el cambio estructural que el Perú necesita”, aseguró el presidente del Congreso, Manuel Merino. Agregó que el Congreso no ha tomado una decisión final, y consideró que el “nerviosismo” de Vizcarra lo llevó a opinar por adelantado.

Críticas más duras llegaron desde la opositora Fuerza Popular, partido que representa al fujimorismo. El presidente es un “aprendiz de dictador” y el Congreso no debe “bailar la música” que él toca, dijo la legisladora Martha Chávez. “Debemos estar muy alertas ante esos intentos de un aprendiz de dictador que está llevando a la quiebra de nuestro país”, añadió.

Finalmente los legisladores volvieron a votar y rectificaron sus dos decisiones previas.

Por un lado, eliminaron la inmunidad, pero no solo para los congresistas, como preveía el proyecto, sino también para el presidente y los ministros. Por otro lado, aprobaron una norma que establece que no podrán participar en elecciones a cargos públicos quienes hayan sido condenados, aunque sea en primera instancia, por delitoso dolosos, sea en calidad de autores o de cómplices.

En ambos casos para que las decisiones sean definitivas las normas deben volver a votarse en la segunda mitad del año. Las normas peruanas exigen que las reformas constitucionales, como estas, deben ser aprobadas por dos legislaturas distintas, y anoche terminó la del primer semestre.