El miércoles 9 de junio Google anunció su quinto cable submarino de fibra óptica internacional en América Latina, por lo que serán 16 en total los que tiene el gigante tecnológico como propietario o copropietario.

La construcción de Firmina, que unirá la costa este de Estados Unidos con el balneario argentino Las Toninas y tendrá extensiones que pasarán por Punta del Este y Praia Grande, Brasil, finalizará en 2023, según indicó el gerente de desarrollo en infraestructura de Google, Cristian Ramos, en un comunicado publicado en el blog de la compañía.

Este será el octavo cable instalado en el océano Atlántico, el quinto en atravesarlo de norte a sur y el cuarto que pase por ciudades latinoamericanas. Lo que lo diferencia de todos los demás es que se alimentará de un solo extremo del cable. Esto permitirá que, en caso de que las demás fuentes no estén disponibles, se pueda mantener la conexión.

El anuncio de Firmina, al menos de momento, contiene otro detalle: Google continúa su costumbre de no asociarse con otras empresas en América Latina.

Las excepciones se dieron al inicio y tuvieron un vínculo con Uruguay. En el caso de Monet, un cable de más de 10.500 kilómetros de extensión que va de Boca Ratón a Santos, pasando por Fortaleza y que está en funcionamiento desde 2017, la empresa se alió con la brasileña Algar Telecom, la angoleña Angola Cables y la uruguaya Antel. Luego se construyó el cable Tannat, que desde 2018 toma la conexión de Santos y la extiende por Maldonado y en el futuro hacia Las Toninas, para completar 2.000 kilómetros. Allí también hubo participación de la empresa estatal uruguaya.

Ese mismo año comenzó a funcionar Junior, un cable de 390 kilómetros que va de Santos a Río de Janeiro. Luego, en 2020, comenzó a funcionar el único cable submarino “latinoamericano” que se encuentra en el océano Pacífico, Curie. Este cable, que tiene una extensión de 10.476 kilómetros, sale de El Segundo, en California, y llega a Valparaíso, Chile, con una escala en Balboa, Panamá.

Extensión

¿Cuál es el motivo para que Google se extienda a través del continente? La empresa de investigación en telecomunicaciones TeleGeography lo explica de forma muy clara en su página web: “Los cables submarinos se construyen entre ubicaciones que tienen algo ‘importante que comunicar’”. América Latina tiene grandes cantidades de datos para enviar desde Estados Unidos y viceversa, desde correos electrónicos, llamadas telefónicas o videollamadas que se transmiten a través de los proveedores de red troncal a contenido que los proveedores quieren vincular a través de diferentes datacenters.

“Por el contrario, no hay muchos datos que necesiten ir directamente entre Australia y Sudamérica”, porque no hay una gran cantidad de datos para comunicar entre esos puntos, señala TeleGeography.

Con esta información y conociendo los cables submarinos que Google tiene en funcionamiento o en construcción, se puede identificar claramente cuáles son las rutas de información que le interesan a la compañía. Ya sabemos que en los últimos cuatro años, Google comenzó a instalar cinco cables submarinos en América Latina que se conectan con Estados Unidos. ¿Qué más se esconde bajo el mar?

En el Atlántico Norte hay tres cables que unen Estados Unidos con Europa y son propiedad de Google. Havfrue sale de Nueva Jersey para extenderse a Irlanda, Noruega y Dinamarca. El Dunant, por su parte, sale de Virginia Beach para recorrer 6.400 kilómetros y llega a Francia. Grace Hopper une Nueva York con España y Reino Unido.

Del otro lado, en el Pacífico, están los cuatro cables que van a Asia. El cable Unity llega a Japón, el Faster a Japón y Taiwán, el PLCN a Taiwán y Filipinas, y Echo, que sale de California, hace una parada en Guam, que es una isla del Pacífico Occidental perteneciente a Estados Unidos, y desde ahí se extiende a Singapur y Palau.

A su vez, dentro de Asia está el cable SJC, que va de Japón a Singapur recorriendo todo el sudeste asiático, con extensiones a Filipinas, Brunei y dos ciudades chinas.

¿Y qué pasa con Oceanía? Su vínculo principal es con el sudeste asiático. Por eso, el cable Indigo Central atraviesa Australia de Alexandria a Perth y el Indigo Oeste va desde allí hasta Singapur, pasando por Indonesia. También está el JGA-S, que sale desde Guam hasta dos ciudades en el este australiano.

Por último, en África comenzó a funcionar este año el cable Equiano, que sale desde Portugal y llega a Sudáfrica, pasando previamente por Nigeria, Congo, Namibia y la isla Santa Elena.