El Museo Histórico inauguró una nueva fotogalería en Ciudad Vieja y el CdF organiza varias actividades por el mes de la fotografía

Este sábado, de 11.00 a 14.00 en la plaza Cagancha, el Centro de Fotografía (CdF) propone un sugerente encuentro, a cargo del artista visual y fotógrafo brasileño Dirceu Maués (quien, después de trabajar durante años como fotoperiodista, es el responsable técnico del laboratorio fotográfico de la Universidad de Brasilia).

Como adelanta el centro, la intervención consiste en instalar 50 cámaras oscuras construidas con cajas de cartón, que, al ser colocadas unas sobre otras, permiten que el público pueda experimentar los posibles recortes del paisaje que se producen dentro de cada una, como también familiarizarse con este principio fundamental del origen de la fotografía.

En paralelo, durante todo agosto, el CdF propone agudizar la vista y la memoria, con un desafío que comparte en sus redes sociales con distintas imágenes de su archivo histórico. Aunque no es tan sencillo, ya que al principio sólo suben una parte de la imagen, o un encuadre dentro de la foto. “Lo suficiente para dar una idea de qué se trata”, advierten, ya que esperan que el público comparta qué imagina de esa imagen. Al día siguiente del desafío, revelan la foto completa con toda su información.

Documento del presente

Entre sus apuestas del mes, el centro lanzó un nuevo ciclo de videos llamados Documentar la pandemia, en el que, todos los miércoles, distintos fotógrafos de prensa o documentales de la región comparten cómo desarrollan su cobertura de la coyuntura actual, acompañados de imágenes de su trabajo. En lo que va del ciclo han participado los reporteros gráficos Mariana Greif (de la diaria), Pablo Porciúncula (agencia AFP) y Diego Battiste (El Observador).

Nueva fotogalería

El martes, para celebrar el Día Internacional de la Fotografía, el Museo Histórico Nacional incorporó un nuevo espacio expositivo abierto en Ciudad Vieja, en la sede del Museo Histórico Nacional. La galería a cielo abierto, que se ubica junto a la Casa Rivera (Rincón y Zabala), difundirá reproducciones de piezas del museo que no se exponen en sus salas, junto a comentarios que permitan comprender sus características y su historia.

Multitudes, la muestra que inauguró el espacio, reúne fotografías de distintas escenas multitudinarias de nuestra historia, junto al contexto y los detalles de los encuentros, permitiendo conocer las particularidades de desfiles militares y de carnaval, celebraciones religiosas, ferias, manifestaciones obreras (como la del 1° de mayo de 1911, en la que, en el marco de la primera huelga general, se observa una pancarta que reza, “abajo la vacunación obligatoria”), y actos públicos, entre muchos otros

A su vez, en la sede del CdF se mantienen abiertas cuatro exposiciones. Héroes del brillo, del uruguayo Federico Estol, registra miles de lustrabotas que trabajan en las calles de La Paz y El Alto (Bolivia). Este proyecto involucró a los protagonistas con talleres participativos, en los que ellos definieron una narrativa y fueron los actores y directores de esta serie fotográfica para luchar contra la marginalización que sufren por su oficio. Por otra parte, El tiempo de las flores, del Archivo de la memoria trans de Argentina, testimonia la vida de esta comunidad desde principios del siglo XX hasta fines de los 90.

En Congruencias, el estadounidense Jim Dow y el argentino Guillermo Srodek se unieron a partir del trabajo de Walker Evans, el gran maestro de la fotografía documental estadounidense, que registró el transcurrir cotidiano de la gran ciudad y, desde esa Norteamérica profunda, marcó un hito en la tradición visual de su país. Cuando Dow se encontró con la obra de Evans se convirtió en su discípulo, y decidió viajar fotografiando carteles, edificios, tribunales y estadios a lo largo de Estados Unidos, pero también de Argentina, Portugal, Reino Unido y Uruguay, motivado, inicialmente, por aquellas imágenes. Este proyecto que llegó al CdF surgió cuando Dow decidió montar una muestra junto a Srodek, que si bien es argentino vive en Boston desde los 21 años, y se ha dedicado a recorrer los pueblos de la pampa argentina recuperando historias de lugares perdidos. Por último, en Luciara, el brasileño Hernique Carneiro presenta su trabajo en primera persona: dice que esta muestra “nace del deseo de entender la figura materna como símbolo y persona”, luego de que su madre se suicidara cuando él tenía nueve años. Más de una década después, tomó el archivo de VHS de su familia y construyó un ensayo fotográfico, reproduciendo una serie de fotogramas de video en los que aparece su imagen y reconfigurando el relato.