Tras los partidos iniciales que se jugaron el jueves y el viernes, hoy las semifinales de la Liga Uruguaya de Básquetbol (LUB) volverán a escena. Una, más precisamente, la que tiene como involucrados a Nacional y Aguada. La otra, Malvín-Defensor Sporting, tendrá su segundo capítulo mañana.

La cita será a las 21.15 en el Palacio Peñarol, los árbitros designados para la ocasión son Andrés Bartel, Carlos Romero y Enrique Ferreira, y va ganando la serie Nacional 1-0. ¿Sorpresa? Tal vez, porque llegaban con realidades distintas –Aguada descansado tras el 3-0 sobre Urunday, y el bolso bastante cascoteado luego de la intensa serie que le ganó en el quinto juego a Welcome–. Lo cierto es que los tricolores pegaron primero en un partido en el que estuvieron adelante casi todo el trayecto. Eso es lo que cuenta.

Seguramente hoy Nacional intente repetir mucho de lo que hizo bien: la intensidad defensiva en el juego interior, sobre todo tratando de limitar a Jeremis Smith (tan bien lo marcaron que hizo sólo 6 puntos); no dejar correr la cancha a Aguada; la movilidad en ofensiva hasta encontrar el mejor tirador posible; y lo más difícil, tal vez: mantener los altos porcentajes de efectividad en los lanzamientos, rubro en el que Leandro Taboada y Anthony Danridge se destacaron en la noche del jueves.

Aguada tiene mucho para mejorar. Lo primero debería ser no entrar en la misma dinámica del primer partido: apurarse para tirar, elegir malas opciones, no apelar al juego de pick and roll, ajustar mejor los rebotes en ambas tablas, dar más opciones a los sistemas pensados para ofender abajo del aro. Esto último es vital. Se notó en el primer partido: Demian Álvarez y Andrew Feeley fueron goleadores, pero convirtieron la mayoría de sus tantos desde media o larga distancia. No hubo juego interior y la prueba más contundente de ello fueron los 6 puntos de Smith, un jugador que suele dar mucho más.

El otro costado

Mañana van Malvín y Sporting, serie que tiene a los de Pablo López por delante 1-0. “Estamos con mucha resaca”, dijo el entrenador playero en el primer cuarto de esa semifinal. Se refería al agotamiento por la dura llave con Hebraica y Macabi y a las consecuencias de clasificarse en un quinto juego y de tener menos días de descanso/preparación. Pese a ello, Malvín logró imponerse 73 a 68 y pegar primero.

Muchos méritos en el ganador: el gran partido individual de Marcel Souberbielle, con muchos puntos, es verdad, pero también fajándose a la hora de defender al yanqui Henry Walker, tarea que en la previa no tenía pensado hacer desde el inicio, pero el cambio de extranjero, sumado al otro buen partido que hizo ante Macabi, le dieron la chance de ser titular. Y no la desaprovechó. Mañana, seguramente, también esté entre los cinco iniciales.

El nuevo extranjero de Malvín, Dominic McGuire, mostró chispazos. Lógico, no le dio el tiempo para adaptarse a sus compañeros y a los sistemas. Parece tratarse de un jugador interesante, con técnica y buen tiro, que puede jugar de alero pero también meterse en la zona con los más grandes. Si logra combinarse bien con Harper Kamp, pueden ser una dupla de temer.

Sporting debe resetearse si quiere tener chances mañana. Salvo por algunos buenos minutos de Walker y de Federico Haller, o por la tarea en rebotes de Kiril Wachsmann, estuvo lejos del nivel demostrado en cuartos de final. Si bien terminó siendo el goleador del equipo, Sundiata Gaines no hizo un buen partido, sobre todo en la tarea de darles juego a sus compañeros. Y Gaines, por lo visto desde que llegó, es vital para el buen funcionamiento de Sporting. De él depende buena parte del juego colectivo, de las descargas para Haller o para Andrés Dotti, de los posteos con el propio Walker para, entre todos, tratar de descontrolar el operativo defensivo de Malvín.