Con muchísima gente, en un espectáculo sin precedentes en cuanto a su organización un 1º de mayo –Día de los Trabajadores, día en el que desde hace décadas no hay ningún espectáculo público de esta índole–, Nacional premió a sus decenas de miles de seguidores que, sin transporte público, llegaron hasta el Parque Central. En un gran partido, derrotó a Santos con un gol de Leandro Barcia.

Tras su triunfo y el empate sin goles, ayer mismo en Perú, entre Real Garcilaso y Estudiantes de la Plata, los tricolores se quedaron en la segunda colocación del grupo F con 8 puntos, uno menos que su vencido, y tres más que Estudiantes y Garcilaso, cuando falta una fecha para la finalización de esta fase. Nacional quedó con mejor diferencia de goles, por lo que incluso si pierde por un gol de diferencia con los argentinos en La Plata el 24 de mayo, podrá seguir adelante.

Fue un gran trabajo del de San Jacinto, Alfonso Espino, y del del pueblo de San Cono, Leandro Barcia, que tuvo 45 minutos de ensueño.

No entró

Del primer tiempo se puede contar en loop aquella jugada en que era gol, la pelota a menos de un metro de la línea, el arco libre, el guascazo al caño, y nada. Una y otra vez pensando en esa jugada, usted y el Colo Santiago Romero. No, no entró. Entonces volvamos atrás los 45 minutos iniciales y, sin contar esa jugada, que no, no fue gol, tratemos de analizar por qué se dio así.

Alexander Medina planificó, y el equipo tricolor ejecutó, un ejercicio de presión a la pelota estuviese donde estuviese. Como Santos intentaba, como siempre, permanentemente salir jugando, la primera marca de Nacional era cerca del arco brasileño. Eso incomodó mucho a Santos, pero no le permitió sacar ventaja alguna a Nacional, que cuando recuperó la pelota no logró jugarla de buena manera.

Los primeros 20 minutos fueron de alta concentración y bastante especulación, en el entendido de que no corrían ni tomaban riesgos por la peligrosidad del rival. Llegada la media hora, Nacional pareció tener la más peligrosa cuando Espino cortó una pelota en la mitad de la cancha, avanzó en diagonal y le cedió el balón a Gonzalo Bergessio, que con una media vuelta definió contra el caño. No obstante, fue a los 34 minutos que se dio la jugada más extraña del partido: un contragolpe propiciado y ejecutado por Espino terminó en un remate violento del jacintense que el arquero de Santos desvió a medias, pero dejó el rebote a un metro de la línea de gol, donde estaba Romero, que remató con el arco descubierto, pero la pelota dio en el caño, cruzó por delante del arco y se fue afuera. Desde ese no gol que adornará las fiestas en #ElProgramaDeLavecchia, hasta el momento en que marcharon al descanso, el elenco tricolor estuvo mucho más cerca de abrir el marcador e inquietó a Vanderlei, el meta santista.

San Cono y otros santos

En el minuto 5 del segundo tiempo, ya con Leandro Barcia en la cancha, en sustitución de Tabaré Viudez –se retiró con algún problemita muscular–, Nacional empezó a buscar el gol, y de casualidad no lo encontró cuando, tras dos centros del floridense, la pelota le quedó a Jorge Fucile, que definió bien, pero en la línea la sacaron al córner.

El gol llegó finalmente. Lo hizo el del pago de San Cono cuando, después de una jugada por la izquierda, combinada entre Carlos de Pena y Espino, la progresión culminó en el área chica, por una gran habilitación del de San Jacinto. Allí apareció Barcia, en diagonal, de derecha a izquierda, y a los 12 minutos del segundo tiempo anotó el esperado gol. Era justa la diferencia, porque desde hacía rato el que estaba haciendo mérito para ganar el partido era Nacional.

Los bolsos sostuvieron el triunfo con capacidad de trabajo y algún brillo. Ahora siguen soñando con la clasificación, sin andar pensando en santos.