Sochi fue otro golpe, ahora sí casi decisivo, de Lewis Hamilton a Seb Vettel en la lucha por el campeonato. Golpe matemático, porque está a 50 puntos, pero también anímico, porque el alemán falló y dejó ir al británico. El momento clave fue la parada en boxes para cambio de neumáticos. Antes de las detenciones, venían girando Valtteri Bottas, Hamilton y Vettel, en ese orden. Al salir de los pits, Vettel quedó delante de su rival, quien se había entreverado en el sobrepaso a rezagados. Era una vuelta de tuerca soñada, pero le duró poco la ventaja al alemán: a pocas curvas calculó mal la frenada, bloqueó, salió con poca tracción y al final del tramo siguiente Hamilton lo ejecutó. Luego Bottas dejaría pasar al líder de su equipo, con lo que la Hamilton quedó primero y Vettel, tercero.

Ferrari había traído a Rusia muchísimos accesorios nuevos para sus autos, pero da la impresión que no alcanzó para superar a Mercedes. Además, y sobre todo, la sensación que queda es que Vettel no está a la altura del equipo. Muchos rojos ya sueñan con un nuevo líder para su escuadra, y por eso el año que viene van a emparejar a Vettel con el ascendente Charles Leclerc, que llegó septimo, o sea, como el mejor fuera de los equipos grandes, a bordo de un modesto Sauber.