Este miércoles los violetas serán el primer equipo uruguayo en debutar oficialmente en la temporada. A las 20.30 jugarán con Bolívar de La Paz, en los más de 3.000 metros de altura sobre el nivel del mar del Hernando Siles boliviano, por la primera fase de la Copa Libertadores de América. Jugar esta fase, en la que deberá vencer a tres rivales para poder llegar a la zona de grupos –lo que le daría una importante suma de dinero–, es parte del esfuerzo que los del Parque Rodó ya están acostumbrados a hacer. Para este campeonato el equipo sufrió algunas bajas pero sumó a Nicolás González, Sebastián Fuentes, Alejandro Villoldo, Mauricio Gómez, Maximiliano Perg y Álvaro González.

El Polilla Jorge da Silva es de la casa y sabe lo que significa estar en Defensor Sporting. Fue futbolista y luego lo dirigió, logró ganar un Campeonato Uruguayo como entrenador (2007-2008), precisamente el último que ganaron los violetas. Luego el director técnico anduvo por Arabia Saudita, Argentina, Emiratos Árabes, Peñarol –por el que pasó dos veces y logró dos Uruguayos– y América de Cali.

¿Cómo es la experiencia de volver al fútbol uruguayo, pero sobre todo la de volver a Defensor Sporting?

Es muy bonito. Siento a Defensor como parte de mi vida, fueron muchos años acá como jugador y luego como entrenador. Fue un factor muy importante en mi formación como persona: me inicié como futbolista, me retiré, y me inicié como entrenador. Conozco a todos los empleados, y cuando uno regresa es como cuando te vas al exterior y volvés a tu casa, yo siento eso. Esas cosas pesan a la hora de tomar la decisión de volver, no sólo por lo que significa Defensor para mí sino por lo que es como institución en el fútbol uruguayo. Cualquier entrenador estaría muy feliz de dirigir a un club como este, que tiene infraestructura, es protagonista y está al día. Es un club muy organizado. Yo me siento parte de esto y es un orgullo.

¿Encontraste cosas distintas en esta vuelta al club?

Hay pocas cosas distintas. Si bien mi último pasaje fue hace casi diez años, yo siempre estoy vinculado al club y tengo a mi hijo jugando en formativas. Venía mucho a ver entrenamientos de juveniles, entonces sabía lo que era el club. Se sigue trabajando muy bien y el club cada día está más organizado, crece año a año.

¿Qué cosas cambiaron en tu manera de ser con respecto a la última vez?

Lo que más ha cambiado de mi primer pasaje es la experiencia internacional que he tenido. Si bien tuve dos pasajes por Peñarol, el resto del tiempo estuve afuera. Eso me sirvió para aprender, abrir la mente, ver otro tipo de trabajos y de fútbol, ver culturas, idiomas. Eso me enriquece como entrenador y como persona. Hoy estoy más maduro y con otra experiencia. Todo eso lo vuelco a esta institución, que busca darles cosas a los jóvenes, y en eso me siento identificado.

¿Cuáles son esas cosas que aprendiste y que hoy intentás aplicar?

El fútbol ha cambiado muchísimo en todos los aspectos. En lo futbolístico se lo ve más táctico, estratégico, de mucha dinámica, y la velocidad pasó a ser una virtud muy importante. Todos los años se va cambiando; quizá guste o no, pero se modifican cosas y tenés que estar preparado para asimilarlo rápido. En mi caso me adapto a lo que se está haciendo, me preparo, veo y aprendo para inculcárselo a los jóvenes en la cancha. Hoy hay que preparase muy bien y hay que estar preparado en todos los aspectos si querés ser un jugador de elite. Buscamos, principalmente con los jóvenes, brindarles esa información, darles ese tipo de trabajo. Eso es bueno en Defensor porque los jóvenes que llegan a Primera ya vienen con una base muy importante que favorece lo que vos pretendés del plantel principal.

¿Qué hay de particular en este club que hace que siempre aparezcan futbolistas y debuten tan jóvenes?

Creo que es un todo. Desde la escuelita Defensor Sporting, que tiene técnicos con muy buena capacidad trabajando en captación. Los chicos cuando llegan a la primera categoría juvenil ya vienen con dos años de trabajo y pasaron por muchos filtros en cuanto a la elección del tipo de jugador y lo que se busca. Luego, el trabajo en cada categoría es con seriedad, con disciplina, algo que no es fácil. Defensor ha mantenido una conducta durante los años que hace que se vean jugadores que llegan al nivel profesional con una formación típica del club.

¿Todo eso ayuda en la madurez a luego aplicar los conceptos rápidos si les toca ascender?

Lógicamente que los ayuda en su madurez. Cuando uno asciende a un jugador a Primera División evaluás lo futbolístico pero también su madurez, su adaptación al fútbol profesional, porque vas a trabajar de otra manera. En Defensor se prepara a los futbolistas para que cuando llegan a Primera División lo asimilen rápido y puedan aprovechar la oportunidad. En ese sentido el club ha dado muestras de hacerlo bien.

Estar afuera

¿Cómo fue tu experiencia en América de Cali? ¿Qué te dejó?

El pasaje por Colombia fue muy especial, no sólo por el fútbol sino porque jugué ahí y tuve la chance de dirigir a un equipo con el que estoy muy identificado. La demostración de cariño fue extraordinaria, me sentí muy cómodo, a gusto. Hicimos un trabajo muy bueno en la primera parte, donde el club estaba comprometido con el descenso; nos salvamos y terminamos jugando semifinales del campeonato. En la segunda etapa hubo inconvenientes, el club no era el mismo y no pudimos desarrollar el trabajo de la mejor manera. El fútbol colombiano ha crecido muchísimo, es muy competitivo, con jugadores de muy buena calidad técnica. Lógicamente que deben seguir mejorando en la disciplina y en lo táctico, pero hay una calidad muy buena, con equipos fuertes que apuestan a armar planteles muy competitivos y a ser protagonistas en torneos internacionales. Es una liga muy buena para poder dirigir y trabajar. Allí me sentí muy cómodo.

¿Vos llevás cosas tuyas de acá e intentás plasmarlas o ves lo que hay para trabajar?

Uno tiene una idea y trata de plasmarla, pero la idiosincrasia de cada país y el futbolista te hacen atarte a lo que ellos quieren, manejan y con lo que se sienten cómodos. Hay jugadores de gran riqueza técnica, con una condición física muy buena, y te permiten desarrollar lo que vos querés con más facilidad. Vos tenés que entender y saber a dónde vas, saber lo que el país requiere, lo mismo con los jugadores. Después de eso vas a imponer lo tuyo, porque por algo estás ahí y por algo te llevan.

¿Cómo se sienten ellos en la cancha?

Ellos necesitan ese cambio de mentalidad, por eso ahí hay muchos extranjeros, argentinos y uruguayos. Nosotros aportamos carácter y nuestra disciplina en lo táctico, sumado a la calidad técnica que tienen ellos. Ahí ellos se pueden potenciar y por eso apuestan a los técnicos del sur. Se hace una buena conjunción para poder sacar lo mejor de cada futbolista y sacar lo mejor del equipo.

Así como a los jugadores acá les faltan cosas, a los técnicos también. ¿Eso hace que los entrenadores uruguayos sean más fuertes y luego les vaya bien en otros países?

Acá la mayoría fuimos futbolistas, entonces, sumado a que luego dirigimos acá, empezamos a estar más curtidos. Cuando tenemos más experiencia ya sabemos las dificultades que hay en este medio, que lamentablemente no tiene lo mínimo y lo que se necesita. Eso te hace fuerte. Seguramente trabajamos más, los futbolistas y entrenadores, porque tenés que preocuparte por un montón de dificultades que se te presentan día a día. Eso hace que uno se prepare de otra forma, tenga un carácter diferente y les exija a los futbolistas de otra manera. Cuando vas a un lugar donde tenés todas las facilidades que en algún momento te faltaron el trabajo se hace más fácil.

Cuando nuestros equipos juegan copas internacionales los rivales generalmente están un escalón por encima, ¿por qué?

Hay una realidad económica que influye, y eso parte de nuestro país. Nuestro campo de elección es menor al de otros países. No podemos retener jugadores, cada seis meses tenés que estar armando planteles. No podés disfrutar de un jugador que tiene condiciones. Igualmente el fútbol uruguayo es competitivo, a pesar de que no se puede lograr un título a nivel de clubes. Es un fútbol muy respetado porque sus jugadores lo demuestran cada vez que salen, lo mismo los técnicos. Nos faltan herramientas para trabajar de mejor manera, poder disfrutar más a los jugadores, por lo menos dos años.

¿Cómo hacés para adaptarte a esa realidad y saber que se te puede ir un jugador enseguida?

Permanentemente tenés que adaptarte a los cambios y a veces no tenés recambio. Tenés que estar reinventándote a cada momento. A último momento se te va uno y te deja desarmado, o cuando querés armar un equipo no tenés chance de sumar jugadores de valía porque es difícil poder traerlos. Es muy difícil poder armar equipos a los que les puedas dar trabajo, tiempo, que se puedan ir acoplando, porque cada vez se van más jóvenes.

¿Qué cosas viste afuera que acá no hay y son necesarias?

Básicamente lo primordial son las canchas. Hoy en Defensor me siento privilegiado porque tenemos el complejo; la mayoría de los clubes uruguayos lo tienen, y acercan a sus formativas a un fútbol más acorde. Aún estamos lejos en materiales, en gimnasios, con diferencias enormes. Son cosas básicas, porque si no tenés un buen campo de juego es muy difícil trabajar con chicos jóvenes, es imposible. Ves en otras partes que los jóvenes ya trabajan en buenos pisos, tienen buena alimentación y lo necesario para crecer día a día; cuando llegan a determinada edad ya están prontos para el primer nivel.

¿Cómo es tu trabajo en la semana, en los entrenamientos? ¿Qué métodos usás?

En la semana hacemos hincapié en la parte técnica porque entendemos que hay que seguir mejorando, más cuando tenés jóvenes. Pero también tenés que preocuparte por lo táctico y lo físico; hay una programación semanal en la que incluimos todo lo que el jugador necesita sin apartarnos de lo más importante, que es la forma de juego del equipo, y buscamos que se dé un buen funcionamiento y que lo que vos plasmás en el entrenamiento se pueda ver reflejado en la cancha. Intentamos aprovechar todo al máximo.

Con ese cambio del fútbol, ¿también ha cambiado la forma de trabajo?

El fútbol evoluciona día a día. Hoy está muy lejos de ser lo que era cuando yo jugaba. Hoy se apunta a un trabajo mucho más individual, más específico, y nosotros tenemos que estar informados y adaptándonos a lo que el fútbol requiere.

¿Cómo te gusta que se juegue? ¿Qué cosas te gustan que se generen?

Me gusta ganar. Jugar lindo es ganar, para mí. A todos nos gustaría una gran posesión y que haya circulación de juego, triangulaciones, pero después dependés del material que tenés y de los jugadores. El fútbol es resultado y a eso tenés que apuntar. Dentro de lo que es el objetivo de la victoria tenés que tratar de que el equipo te llene. Yo me siento cómodo de esa forma, cuando el equipo te llena, más allá de que siempre buscás la victoria. Me siento feliz cuando el equipo me deja conforme porque me gusta lo que hace.

Tus equipos siempre han demostrado ser efectivos en el resultado, intensos, ordenados y con mucha eficacia, ¿cómo se logra eso?

El fútbol es equilibrio. Hay que saber defender y atacar. Cuando logres eso vas a estar más cerca de los resultados. Primero debés tener un equipo sólido, ordenado, que tenga claro a lo que juega. Para ganar hay que hacer goles, entonces tenés que buscar el funcionamiento para que tu equipo dañe al rival y hacer un equipo fuerte para que tu rival no te llegue fácil. Siempre he buscado eso para obtener resultados.

Hoy se dice que la clave está en el mitad del campo, y han aparecido nuevos jugadores, capaces de recuperar pero de distribuir y asistir. ¿Compartís esa idea?

En Uruguay ha cambiado mucho, ya hace mucho se jugaba a otra cosa en el mundo. Nos veníamos caracterizando por volantes pesados, fuertes, de buen juego aéreo y marca. A veces era de dos o tres. Hoy hay volantes mixtos, que marcan pero que juegan bien y son tácticos. Eso es bueno para el fútbol uruguayo y lo vemos en la selección. A eso hay que sumarle un trabajo colectivo, todos deben trabajar para la recuperación, porque si apostás a una cosa por ahí te desprotegés en otra; cuando hay un equipo comprometido en que todos juegan cuando la tenés y todos marcan cuando no la tenés, podés darte el gusto de que los volantes no sean sólo de recuperación.

¿Te atás a un sistema o a un orden táctico que intentes respetar siempre?

Nunca fui muy rígido a un sistema, porque te lo determinan los futbolistas que tenés. Si tenés un plantel con mayoría de jugadores de mitad de cancha hacia adelante tenés que intentar que todos participen y hacer un equipo fuerte y sólido. Me gusta el fútbol bien jugado, con jugadores de buen pie, más allá del sistema y la figura táctica.

Siempre está ahí

Defensor Sporting se ha acostumbrado siempre a ser protagonista, ¿cómo se logra eso?

Acá en Defensor siempre se pelean cosas, desde hace muchos años se es protagonista y se apunta a estar arriba. Es muy difícil ser campeón y la prueba está que el último título fue en 2008, cuando hacía 17 años que no se lograba. Sin embargo, mirás las finales y Defensor es uno de los que más ha jugado. Eso habla de que siempre fue protagonista. Internacionalmente también, porque llegó hasta una semifinal de Libertadores, siendo un equipo con poco presupuesto y apoyo. Acá está claro que el hincha se ha acostumbrado a eso. Tenemos la responsabilidad de armar un equipo competitivo, pelear arriba cada torneo.

¿Volvés para atrás y recordás ese campeonato que ganaron?

Siempre fui mirando y recordando, porque no fue fácil ser campeón. Acá hay un montón de dificultades que en otros equipos no las tenés, puedo decirlo porque dirigí a un grande. Vamos a tratar de armar un equipo que esté identificado con el club, que tenga ambiciones de ir arriba.

¿Cómo has ido trabajando hasta ahora desde que te tocó llegar y armar todo un plantel?

He venido trabajando muy bien dentro de lo pretendido. Es un plantel muy joven y se han ido nueve jugadores, más el golero que está lesionado. Los que se fueron eran de experiencia. Como apuesta del club hemos ascendido juveniles, pero también queremos lograr una mixtura y hemos incorporado a jugadores de experiencia. Hemos trabajado con la intensidad que buscamos para nuestros equipos y con la seriedad que se necesita, sabiendo que había poco tiempo. Es fundamental la actitud de los futbolistas.

Estás entrenando en el mismo lugar donde van a jugar durante el año y estás con la pelota desde el primer día, ¿qué te da eso?

También la preparación ha cambiado y hoy los tiempos son otros. Antes teníamos dos meses de preparación, nos íbamos a la playa, quedábamos duros y recién al tiempo hacías fútbol. Hoy ya de arranque hay pelota, hay amistosos, porque el tiempo no es tan grande. Hoy la pelota es sagrada y la tenemos día a día. No hay un día que la dejemos de lado, hasta cuando vamos a correr. Creo que el jugador vive de eso y la tiene que tener consigo siempre.

¿Cómo ves a tu equipo?

Ha sido un período difícil de trabajo porque en 20 días hemos tenido que aplicar lo físico, lo técnico, lo táctico, conocernos, que nos entiendan. Aprovechamos para repetir y trabajar en lo que queremos que el equipo tenga: orden, defensa, ofensiva. Creo que el equipo aún debe dar mucho más; se va a ir soltando con el correr de los partidos. En el poco tiempo que tenemos trataremos de dar un poco de todo.

El primer partido oficial es por Libertadores y en la altura de La Paz, ¿es una dificultad más?

A la dificultad que teníamos del poco tiempo se nos suma la altura, es un partido especial, estaba dentro de las posibilidades. En pocos días tuvimos que armar un plantel para jugar un partido determinante, que va a ser distinto a todos. Hay que pensar la idea y buscar a los jugadores que estén en mejor condición para ese encuentro. Algunos se fueron incorporando y no todos tienen los mismos días de trabajo. Es un partido especial y nos hemos preparado. Queremos estar a la altura y llegar en buenas condiciones. Mis experiencias en la altura son de estar el menor tiempo posible, jugar el partido y volver a bajar; es lo que tenemos planificado. Nos vamos primero a Santa Cruz y el mismo día del partido vamos a subir a la altura. Después va mucho en cómo reaccione cada uno. Algunos se sienten mal, otros no la sienten.

A su vez, la Libertadores hoy tiene otro formato y cada fase superada genera un ingreso de dinero, ¿eso cómo se maneja?

Es duro. Lógicamente para el que llega a fase de grupos es un ingreso muy importante. Ahora tenemos esto, pero si pasamos viene Barcelona, un equipo fuerte, y puede venir Atlético Mineiro o Danubio, no es sencillo. Es el torneo más lindo, hay que disfrutarlo. Hoy pensamos en Bolívar, pero sabemos que es muy difícil con este nuevo formato llegar a la zona de grupos.

¿Qué objetivos se plantearon?

Acá estás obligado a ser protagonista, pero estos últimos años la brecha entre los equipos grandes y los demás se ha abierto mucho. Se han reforzado con jugadores de trayectoria, vigentes, y han invertido mucho. El año anterior tuvieron una diferencia enorme con el resto. Por eso hay que trabajar con ingenio y confiar en lo que venimos haciendo.