Sucedió lo no deseado: Felipe Gedoz, futbolista de los tricolores, dio positivo de coronavirus. Era un riesgo al que el elenco bolso se expuso por su participación en la Copa Libertadores.

Era obvio. El tránsito protocolar establecido falla. ¿Dónde? Quizás en cierta imprudencia. ¿Dónde vive el virus? ¿En los gajos de una pelota recién cabeceada? Puede ser. Entonces toda la parafernalia previa se arrastra como un error en un ejercicio de matemáticas. Sudor, escupidas, mocos, aliento, agarrones, córners, protestas. Quizás haya que pensar que en realidad los contagios van a ser la regla en la copa de clubes más hermosa del mundo. Pero entonces los partidos en el ámbito local se seguirán posponiendo, los futbolistas seguirán aislándose, jugando con ese pensamiento, el de la presencia del virus en el aire.

El caso positivo de covid-19 en el Club Nacional de Football estaba cantado. Le tocó a Felipe Gedoz, pudo ser cualquiera. Los intereses del arrebato son claros: la guita que corre, las promesas, la pasión de millones de enfermos y enfermas por el fútbol –como quien escribe–. ¿Cuántos, más allá de su compañero de cuarto, corren riesgos? ¿La única manera es mantener a los futbolistas aislados hasta que alguien grite campeón? Entonces, del todo autómatas, nacidos para entretener por la tele, para servir al juego que empieza donde la cal se termina.

En Montevideo la alfombra de Belvedere quedará refrescándose hasta nuevo aviso. Liverpool-Nacional, en principio, se jugaría el fin de semana que viene. El calendario se estira, hablan de que la penúltima iría entre semana –6 y 7 de octubre– y la última el fin de semana del 10 y 11. Palabras, no confirmaciones.

El virus se expande, pero el fútbol tiene que jugarse. O eso parece. ¿Si no que harán los que viven de apuestas? Entre otros y otras. Ese otro fútbol también se expande. Liverpool y Nacional a aguantarse. El bolso brindó explicaciones y se aferró al buen uso del fallido protocolo establecido. Sin embargo, todos en cuarentena, dictó el Ejecutivo de la AUF. Fútbol raro para un mundo raro. Fútbol normal.