Mientras el drama goza de mejores credenciales, el humor busca pasar desapercibido o ser una simple válvula de escape en producciones serias. Sin embargo, Gonzalo Pérez del Castillo subtituló “una comedia política” a su historia sobre Ana, una mujer disfrazada de coneja, que de un día al otro toma el control de los medios de comunicación del mundo y busca dejarnos un mensaje de paz a como dé lugar, aunque, según el autor, después de crear a esta fuerza, que busca mantener a raya a las superpotencias, se dio cuenta de que podía causar más pánico que alivio. De remedios y enfermedades, que le dicen.