“Félix Ventura heredó de su padre adoptivo el oficio de anticuario de libros y adquirió, a fuerza de revisar papeles viejos, la habilidad de construir pasados. Sus servicios son requeridos por nuevos ricos que aspiran a incorporar alcurnia a sus fortunas recién estrenadas, y por oscuros individuos que prefieren no asumir el inquietante papel que les tocó jugar durante la guerra. Solitario y discreto, Ventura es albino. Pero él, además, es negro. Y aunque fue adoptado por un hombre de la burguesía acomodada, conoció el hambre en los ajetreados días de la independencia y la guerra civil, y, como todos los personajes de Agualusa, es un sobreviviente” (Soledad Platero).