Esta suerte de historia cultural del culo, escrita con una erudición apabullante, acompañada por numerosas y pertinentes (y en ocasiones extensísimas) notas al pie y por una serie de cuidadas y bienvenidas reproducciones de ilustraciones, grabados y pinturas, se refuerza en el estilo particular de Aldo Solé Obaldía, que nunca abandona el humor para introducir los temas más serios, siendo aquel un elemento siempre medido, entre el apunte sarcástico y la mirada irónica, y que jamás derrapa en el remate fácil (tal como, a primera vista, podía habilitar la materia central del libro).