A través de manuscritos encontrados por el narrador, conocemos la vida de un dibujante de historietas llamado Yozo Oba. Cada uno de los manuscritos habla de un momento particular de su existencia, incluyendo relaciones afectivas, intentos de suicidio y el desprecio que inspira a sus familiares. Según Martín Bentancor, “el personaje de Yozo Oba exhibe en su derrotero vital, en sus búsquedas creativas, en su relación diaria con el alcohol y, sobre todo, en su renuncia a la convivencia con otros seres humanos, todas las marcas de un artista maldito”.