Contrario a lo que indicaban todas las encuestas de intención de voto, las elecciones presidenciales en Brasil fueron mucho más parejas de lo previsto, y la idea de que Lula podría ganar los comicios en la primera vuelta no se concretó ni cerca en los hechos.

Con casi la totalidad de las mesas escrutadas, los datos oficiales del Tribunal Supremo Electoral indicaban que Luiz Inácio Lula da Silva, líder del Partido de los Trabajadores (PT) y de los sectores que lo apoyan obtuvo 48,33% de los votos, mientras que el presidente Jair Bolsonaro, postulante del Partido Liberal quedó en segundo lugar con 43,28%. Traducidos los porcentajes en números, casi 57 millones de brasileños votaron a quien fue mandatario entre 2003 y 2010, y 51 millones lo hicieron en favor del actual presidente, que sigue en carrera en busca de su reelección.

La polarización de la que tanto se habló en los meses previos a los comicios y la desaparición prácticamente de una tercera vía se confirmó por completo en las urnas, dejando muy por debajo al resto de los candidatos que estaban en la disputa.

Muchos de los votos que se pensaban que podían ir hacia otros postulantes terminaron yendo hacia el actual mandatario, lo cual cambió por completo el escenario que preveían todas las empresas encuestadoras. Esta realidad hace ver un panorama muy reñido de cara a la segunda vuelta, que tendrá lugar el 30 de octubre.

En tercer lugar, muy por detrás de Lula y Bolsonaro se ubicó la candidata del centrista Movimiento Democrático Brasileño (MDB), Simone Tebet, que consiguió 4,17% de los votos, superando con claridad a Ciro Gomes, postulante del Partido Laborista Democrático (PLD), que apenas obtuvo 3,05%. Más atrás quedaron la postulante de la coalición de derecha Unión Brasil, Soraya Thronicke con 0,51% y el candidato del partido ultraliberal Novo, Felipe d´Avila con 0,47% de los votos. Todos los candidatos mencionados –Tebet, Gomes, Thronicke y Felipe d´Avila– tenían según las encuestas proyecciones de voto mayores, por lo que en una primera lectura puede inferirse que Bolsonaro supo buscar y captar el llamado voto útil y les restó votantes a todos estos aspirantes a la presidencia, que en los hechos no tenían ninguna posibilidad de llegar a ganar.

De los aproximadamente 156 millones de ciudadanos que estaban habilitados para votar, cerca de 121 millones y medio efectivamente lo hicieron. La abstención fue de 20,8%, manteniéndose estable respecto a las elecciones celebradas en 2018. En la jornada del domingo, el 2,82% anularon su voto –algo más de 3.4 millones de personas, mientras que los que votaron en blanco fueron algo menos de 2 millones de ciudadanos, 1,59%.

En el total del país, Lula fue el candidato más votado en 14 estados y Bolsonaro en 12, además del Distrito Federal donde se ubica Brasilia.

El después

Desde el hotel de la ciudad de San Pablo donde estaba instalado su comando de campaña, el expresidente Lula brindó un discurso una vez que se conocieron los resultados finales de la elección.

Rodeados de sus más estrechos colaboradores, de la presidenta del PT, Gleisi Hoffmann y de su candidato a vicepresidente, Geraldo Alckmin, Lula dijo: “Ayer dije que en todas las elecciones quiero ganar en la primera vuelta, pero no siempre es posible. Pero me motiva saber que nada sucede por casualidad. Todas las encuestas nos pusieron en el primer lugar, incluso aquellas encuestadoras que no quieren que ganemos y siempre pensé que íbamos a ganar. Ya vamos a hacerlo, esto es sólo una extensión”.

“Me encanta hacer campaña”, agregó el líder del PT, que el 27 de este mes cumplirá 77 años. “Y tenemos 28 días más para hacerla. Me encanta andar por las calles, subirme a los camiones. Y además será la primera vez que tendré la oportunidad de tener un debate cara a cara con el actual presidente, para que podamos hacer comparaciones entre el Brasil que él construyó y el Brasil que nosotros construimos”.

Un rato más tarde el que habló fue Bolsonaro, desde Brasilia. Después de un breve discurso respondió algunas preguntas de los medios.

“Entiendo que hay muchos que votaron por las condiciones en las que está el pueblo brasileño, que sintió el aumento de productos de la canasta básica. Entiendo que hay un deseo de cambio por parte de la población, pero hay ciertos cambios que pueden venir a peor”, dijo.

Bolsonaro también dijo estar abierto a hablar con los candidatos que no pasaron a la segunda vuelta, cuando se le preguntó sobre un posible diálogo con Tebet y Gomes.

“Las puertas están abiertas para la conversación”, dijo. “Creo que los votantes de ellos son mucho más comprensivos conmigo que con el otro lado”, agregó. Bolsonaro atribuyó los resultados de la elección al impacto de la inflación en la popularidad del gobierno y se mostró abierto a posibles alianzas. “Tenemos mucho que presentar. Mejor ahora con el mismo tiempo entre competidores. Y también debe haber debate”, manifestó.

“Tenemos una segunda vuelta por delante donde todo será igual para los dos lados, el tiempo (de propaganda) para cada lado es igual. Y ahora lo vamos a mostrar mejor para la población brasileña, especialmente para la clase más afectada, que fue como consecuencia de la pandemia y de una guerra en el exterior”, manifestó el mandatario. Bolsonaro dice que en la segunda vuelta seguirá mostrando los resultados de la economía y la acción del gobierno en la pandemia de covid-19.

También habló la tercera en la disputa, Simone Tebet. De acuerdo con lo que consignó la cadena Globo, la candidata del MDB dice que esperará a que se manifiesten los presidentes de los partidos que integran su alianza –el MDB, el Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), Ciudadanía y Podemos– para anunciar su posición en la segunda vuelta. Tebet dijo que ella estaba de un “lado”, que su decisión “está tomada” y que la hará saber “en el momento oportuno”.

“Quiero decir, con todo respeto, el proceso electoral, que no ha terminado ahora porque ahora es el momento de que los presidentes de nuestros partidos tomen una posición y se pronuncien en este momento muy complejo, donde sí tenemos que analizar los resultados de las urnas para poder posicionarnos” expresó Tebet.

Algo similar manifestó Ciro Gomes en un breve contacto con los medios que tuvo después de conocidos los resultados, muy negativos para él y su fuerza política.

El líder laborista pidió unas horas para definir “el mejor equilibrio para servir a la nación brasileña”, lo que algunos leyeron como un posible apoyo al PT, un paso que ya dieron varios importantes integrantes de su partido. “Quiero decirles que estoy profundamente preocupado por lo que estoy viendo que está pasando en Brasil. Nunca he visto una situación tan compleja, tan desafiante, tan potencialmente amenazante para nuestro destino como nación”, dijo Gomes.