Miles de personas salieron ayer a las calles de la zona de Bruselas que alberga a todas las instituciones de la Unión Europea (UE) para protestar contra el acuerdo de la Asociación Transatlántica para el Comercio y la Inversión (TTIP, por su sigla en inglés), que el bloque europeo negocia con Estados Unidos. La protesta, que según la Policía congregó a 9.000 personas y para los organizadores reunió a casi 15.000, también fue dirigida contra el pacto comercial que la UE ya cerró con Canadá -conocido como CETA- y que todavía no fue ratificado. De hecho, su aprobación está en riesgo, ya que el Parlamento de la región belga de Valona amenazó con impedir el proceso.

La convocatoria reunió a distintas organizaciones de la sociedad civil, sindicatos y partidos políticos que consideran que los dos tratados pueden tener efectos negativos sobre el medioambiente, los derechos de los trabajadores, los servicios públicos, la soberanía de los países y los derechos de la mujer.

El sábado, más de 300.000 personas en siete ciudades de Alemania se manifestaron por la misma razón, convocadas por la organización Stop TTIP, que argumentó que tanto el acuerdo con Estados Unidos como el CETA “representan un claro peligro para la democracia y los estándares sociales y medioambientales” del país.