Cuando faltan un poco más de dos semanas para las elecciones presidenciales bolivianas, que se realizarán el domingo 18 de octubre, el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, expresó su preocupación sobre la cristalinidad de los resultados de los nuevos comicios y manifestó que existe la posibilidad de que ocurra “un nuevo fraude”.

El miércoles, el diplomático uruguayo contó en su cuenta de Twitter que el ministro de Gobierno de Bolivia, Arturo Murillo, le transmitió su “preocupación sobre posibilidad de un nuevo fraude en las elecciones generales”:

Efectivamente, el martes en Washington Almagro se reunió con Murillo, el ministro de Gobierno boliviano, denominación que en ese país se da a lo que en otros lados sería un jefe de gabinete. Murillo, una de las figuras más importantes del gobierno de facto que encabeza Jeanine Áñez, desde el lunes se encuentra en Estados Unidos, donde además de reunirse con Almagro, se encontró con las flamantes autoridades del Banco Interamericano de Desarrollo y también con representantes del departamento de Estado del gobierno de Donald Trump, de acuerdo a lo que informó el diario paceño La Razón.

La misión del político es obtener créditos que garanticen al resquebrajado gobierno de Áñez –que en la última semana sufrió varias bajas en su gabinete– poder llegar sin sobresaltos al final de su mandato. Pero en este contexto preelectoral, la reunión con Almagro fue indudablemente relevante, teniendo en cuenta el rol decisivo que jugó la OEA cuando supervisó las elecciones realizadas en octubre del año pasado, ganadas por Evo Morales.

En aquel momento, luego de que el conteo de votos oficial favoreciera al entonces mandatario, los representantes de la entidad comandada por Almagro elaboraron un informe preliminar en el que expresaron, sin dejar lugar a dudas, que las elecciones fueron fraudulentas, y la cuestión, luego de varios días de episodios de violencia en muchas ciudades del país, terminó el 10 de noviembre, cuando Morales fue forzado a renunciar tras 14 años de mandato y en su lugar asumió la presidencia Áñez.

Posteriormente, numerosos análisis independientes dejaron en evidencia que las acusaciones de fraude de la OEA carecían de fundamentos técnicos y estuvieron basadas en gruesos errores metodológicos.

Las palabras de Almagro hablando de fraude obviamente generaron ruido, más aún en un momento en que las encuestas indican que el Movimiento Al Socialismo (MAS) será el sector más votado en las elecciones, aunque de acuerdo a lo que indican los mismos sondeos, difícilmente pueda vencer en la primera vuelta.

Desde su exilio en Buenos Aires, Morales pidió atención a la comunidad internacional para que sean garantes de la realización efectiva de los comicios:

Además, Morales se refirió al encuentro del ministro Murillo con Almagro. “Después de lo hecho en Bolivia y en Honduras, las misiones de Observación de la OEA han perdido credibilidad”, aseguró:

Paralelamente, en filas del MAS cayó muy mal la noticia, dada a conocer a mediados de setiembre, de que la misión de observación de la OEA en las elecciones del 18 de octubre será presidida por el ex canciller costarricense Manuel González, el mismo que presidió la misión del año pasado, que con sus enfáticas aseveraciones desencadenó la crisis política en el país.

Pero además de la OEA, habrá otras entidades internacionales que enviarán misiones a Bolivia para supervisar la jornada electoral.

Según expresó el presidente del TSE, Salvador Romero, citado por el diario cruceño El Deber, llegarán a Bolivia misiones de la Unión Europea, de la Unión Interamericana de Organismos Electorales y de la Asociación de Organismos Electorales de América, además de representantes del Centro Carter, entidad fundada en 1982 por el ex presidente estadounidense Jimmy Carter que suele supervisar elecciones, además de mediar en conflictos internacionales.