En el medio de la carrera en la que están involucrados varios países con el apoyo de poderosos laboratorios privados, Rusia anunció ayer que registró la primera vacuna contra el coronavirus del mundo, la cual fue denominada Sputnik V en homenaje al célebre satélite soviético.

“Hasta donde yo sé esta mañana, por primera vez en todo el mundo, se registró una vacuna contra el nuevo coronavirus”, anunció el presidente ruso Vladimir Putin, de acuerdo a lo que informó la agencia de noticias TASS.

En su contacto con los medios, el mandatario aseguró que la vacuna “funciona eficazmente”, y agregó que una de las primeras personas en probarla fue una de sus hijas. “Después de la primera dosis tuvo 38 de fiebre, y al día siguiente tuvo 37 y pico”, especificó el mandatario. Tras una segunda dosis, “le subió la temperatura y luego se normalizó”. Ahora “se siente bien y los anticuerpos son altos”, contó Putin.

De acuerdo a lo que consignó el sitio de noticias ruso RT, en los ensayos clínicos de la vacuna, que tenían como objetivo evaluar su seguridad y efectos en el organismo, participaron un total de 76 voluntarios. Los médicos dieron la investigación por exitosa y concluyeron que la vacuna es segura, porque al final del proceso “todos los voluntarios tenían inmunidad”. Yelena Smoliarchuk, directora del Centro de Investigación Clínica sobre Medicamentos de la Universidad Séchenov, afirmó que la protección máxima se alcanza tres semanas después de la inyección, cuando se desencadena la respuesta del sistema inmunológico.

Según se informó, la vacuna utiliza vectores de adenovirus humanos que se debilitaron para que no se repliquen en el cuerpo. A diferencia de la mayoría de las vacunas que se están desarrollando en varias partes del mundo, la rusa se basa en dos vectores, no en uno, y los pacientes recibirían una segunda inyección de refuerzo. Desde el Ministerio de Salud ruso se afirmó que estas dos dosis de la vacuna generan “una inmunidad duradera”, que “se preservará hasta dos años”.

La noticia emitida desde Rusia fue recibida con escepticismo fuera de fronteras.

La Organización Mundial de Salud (OMS) recibió el anuncio con un moderado entusiasmo, pero más que nada con cautela. Desde la entidad con sede en la ciudad suiza de Ginebra se señaló que la vacuna rusa deberá seguir los trámites de precalificación y revisión que marca el organismo, que es el mismo que se está llevando adelante con el resto de vacunas que están en proceso.

Durante una conferencia de prensa, uno de los portavoces de la entidad, el bosnio Tarik Jasarevic, dijo que “acelerar los progresos no debe significar poner en compromiso la seguridad”. Además, el funcionario agregó que desde la OMS están animados por “la rapidez en que se están desarrollando las vacunas”, pero que esperan que sean “seguras y eficientes”.

Menos complacientes se mostraron desde el Ministerio de Salud de Alemania. Según informó la cadena Deutsche Welle, las autoridades sanitarias germanas expresaron sus dudas y preocupaciones respecto del anuncio realizado desde Moscú.

“No existen datos conocidos sobre la calidad, la eficacia y la seguridad de la vacuna rusa”, dijo una portavoz del ministerio al grupo de prensa alemán RND, y recordó que en la Unión Europea la “primera de las prioridades es la seguridad de los pacientes” y que la aprobación de la vacuna requiere “conocimientos suficientes de los ensayos clínicos para demostrar su eficacia y seguridad”, haciendo alusión a la falta de información que hay acerca de la vacuna rusa, cuyos avances no fueron publicados ni avalados por ninguna publicación científica.

“Hay que demostrar que la relación utilización-riesgos de la vacuna es positiva antes de que sea difundida para un gran público”, puntualizó la funcionaria del Ministerio de Salud alemán, que remarcó que la tercera y última fase de ensayos clínicos de una vacuna es “de particular importancia”, y que Rusia aprobó la vacuna antes de esta fase.

“La autorización de una vacuna en Europa requiere, además de la prueba de su calidad farmacéutica, conocimientos suficientes adquiridos con los ensayos clínicos para poder demostrar su eficacia e inocuidad”, añadió la portavoz.