Este martes, en la sala Ceibo del Ministerio de Ambiente, el titular de la cartera, Edgardo Ortuño, repasó los seis decretos aprobados durante 2025 que “fortalecen la normativa ambiental en áreas clave como la gestión de residuos, la calidad del agua y la protección de ecosistemas”, según el portal oficial de la institución. “Lo primero es señalar la importancia del avance en la normativa ambiental que supone la promulgación de esta serie de decretos”, complementó el jerarca en conferencia de prensa.

Las normativas, enmarcadas en el “Programa de apoyo a la reforma de políticas en recursos hídricos y residuos sólidos” que financió el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), abarcan desde “la calidad de las aguas y la prevención de su contaminación” hasta “la protección de humedales”, según señaló Ortuño en conferencia de prensa.

El primer decreto (226/025) que referenció el ministro, y que se vincula al cuidado hídrico, se publicó el 12 de noviembre y reglamenta los artículos 144, 145, 146, 147 y 148 del Código de Aguas, y “esperaba una actualización desde fines de los 70”, señaló. Así, incorporó temas como “elevar los estándares de control de calidad de las aguas recreativas de nuestras playas” y planteó “una visión mucho más integral de cuidado de los recursos hídricos” tanto en aguas superficiales como subterráneas, una “novedad” que implica medidas como “el control de la actividad de las barométricas”. El decreto “actualiza” la normativa con relación a lo anterior de acuerdo “con las exigencias de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que, por ejemplo, se traduce en el control de la presencia de enterococos”, y plantea “la responsabilidad de los gobiernos departamentales de señalizar aquellos lugares donde haya aguas que no están en condiciones para su uso”.

Por otro lado, el relativo a los humedales es el Decreto 228/025, que reglamenta el artículo 159 del Código de Aguas y se publicó el 6 de noviembre. Implica, según el jerarca público, que “800.000 hectáreas de humedales ahora están protegidos por su importancia ambiental”, lo que totaliza unos “37 humedales” en las cuencas del Santa Lucía, el río Negro, el Río de la Plata, la Laguna Merín y el océano Atlántico, de acuerdo con lo que detalló el ministerio en su portal. Además, incorpora “criterios de cuidado del resto de los humedales del país” y “prohíbe su desecación, drenaje y cualquier obra que altere el régimen hidrológico o implique pérdida de vegetación natural”.

Los restantes abordan “lo que se vierte por parte de industrias, saneamiento y actividades específicas”, así como también “la contaminación difusa de los distintos sectores de actividad”; “una normativa para una gestión sostenible de los recursos y los escombros de las obras” en el sector de la construcción o en demoliciones; “las pérdidas y desperdicios de alimentos que parte de la población necesita”, prohibiendo su enterramiento y con beneficios fiscales a empresas que participen en donativos, y “la regulación de las baterías de los autos eléctricos, otro de los desafíos que nos planteaban en el inicio de la gestión y que hoy le estamos dando respuesta, promoviendo el reúso y la gestión sostenible”, explicó el ministro.

De cara al control del cumplimiento, Ortuño recordó que el Ministerio de Ambiente ha planteado, en la ley de presupuesto quinquenal, la “apuesta al avance tecnológico y los controles que hoy nos permiten, desde los drones hasta el control satelital, mayor manejo de tecnología, pero que mejoran los recursos humanos para la fiscalización”.

Sin embargo, también está vinculado “a la coordinación de organismos públicos”, y señaló un trabajo “muy colaborativo” con dos actividades conjuntamente al Congreso de Intendentes y un vínculo “con cada intendencia para controlar en el territorio lo que venimos planteando”. “Hemos encontrado total receptividad de los jefes de cada uno de los departamentos y en esa línea vamos a actuar”, acotó. Al mismo tiempo, también evaluó como necesaria “la apuesta a la participación activa de las organizaciones de la sociedad civil, que nos hacen llegar permanentemente la alerta cuando hay vertidos irregulares de barométricas o distintas situaciones de contaminación”, y destacó “el rol fundamental de la academia, que son las universidades”.

“Ayer asistimos a un hecho realmente muy significativo que es la constitución de la red de universidades del país por la sostenibilidad, es decir, para el trabajo en los temas ambientales, y ya establecimos allí una alianza estratégica, porque los investigadores que están en todo el país –allí estaba también la UTEC– también son fuente de información para el control y la gestión responsable de los residuos, que es uno de los centros de esta normativa, y nuestros recursos hídricos”, apuntó.