la diaria
Cultura
Cultura
El puente impensado
Todo empezó con un saxo. Descubrí en los remises, de vuelta de fiestas de 15, un mundo paralelo, en el que en casi todas las radios tronaban saxofones cromados que se descargaban en solos y riffs sedosos, fundiendo sensualidad y melancolía en una sola sustancia. Uno ya había escuchado algunas de esas canciones, ya fuera por sus padres, una vaga reminiscencia de los años 80 o las bandas sonoras de aquellas películas en las que un yuppie de tiradores llegaba a su aséptico e inmenso loft después de una larga reunión y se servía un whisky mientras contemplaba la vastedad espejada de Nueva York.